Fabián Assmann: máximo responsable de que Lanús no goleara en Avellaneda. Tapó varios mano a mano y pelotas complicadas. En el primer gol reclamó foul, nada que hacer en el segundo.
Ricardo Moreira: flojísimo. Nervioso, impreciso, cometió varios errores.
Leandro Gioda: sacando a Assmann, que atajó (casi) todo, el mejor de Independiente. Tapó errores de sus compañeros en varias ocasiones. Bien en los cruces, bien por arriba, bien en el mano a mano.
Juan Caracoche: otro al que se lo notó nervioso. Tuvo varias jugadas desafortunadas: en una dejó corto un pase a tras y Santiago Biglieri se lo perdió ante Assmann, y otra no pudo despejar el balón en el área tras un corner y Diego González facturó. Además, la pelota parecía quemarle los pies y se la pasó revoleándola.
Lucas Mareque: de menor a mayor. Su figura fue creciendo con el correr de los minutos, aunque no llegó a redondear una buena actuación.
Hernán Fredes: otra noche para el olvido para el juvenil volante que en el segundo tiempo fue reemplazado.
Lucas Pusineri: puso corazón, como siempre, y varias veces intentó contagiar y despertar a sus compañeros, pero no pudo.
Adrián Calello: comenzó algo impreciso pero se fue afianzando y recuperó varias pelotas. Pide a gritos continuidad como titular.
Leonel Ríos: con ganas, pero no pesó en el desarrollo.
Daniel Montenegro: impreciso como pocas veces. La mayoría de sus pases fueron a parar a jugadores contrarios. No fue peligroso, no fue conductor, no remató al arco, no asistió. ¿Jugó?
Leonel Núñez: demasiado solo arriba. Con el equipo partido, la pelota casi no le llegó e intentó entrar en juego retrocediendo varios metros. Tuvo una sola, un remate cruzado de zurda que se fue cerca del arco defendido por Carlos Bossio.
Ismael Sosa: pasado de revoluciones. Chocó con los defensores de Lanús varias veces. Tuvo un remate peligroso que Bossio contuvo bien.
Emanuel Centurión: intentó ser alternativa por afuera pero no lo logró. Desbordó una sola vez.
Darío Gandín: casi no la tocó.
