El pibe de 18 años que había errado el penal por Copa Argentina tuvo su redención inmediata al ser el protagonista del quinto triunfo de Independiente en el torneo local. Fue el mejor ante Arsenal y demostró ser una gran variante.
El fútbol a veces puede ser muy injusto. Pero, en seguida, puede dar otra chance para intentarlo una vez más. Si lo sabrá el pibe Nicolás Vallejo, que venía de pasarla mal por haber fallado su penal en la definición con Talleres por la Copa Argentina y en la noche del sábado en Sarandí pudo tener su inmediata revancha: marcó el gol del triunfo. De todos modos, para él esa no fue la mejor noticia. Este chaqueño de 18 años demostró además que puede ser una muy buena alternativa en el ataque. Dio asistencias, comandó contraataques y siempre generó peligro.
Julio César Falcioni le hizo un guiño al juvenil de la cantera del Diablo. Vallejo había quedado dolido por su tiro desperdiciado desde los once metros en la eliminación copera. Tanto que decidió hacer un posteo pidiendo disculpas a los hinchas. Increiblemente, recibió agravios de algunos desubicados que buscaron hacerlo responsable. ¡Qué locura! Muy lejos de eso, el pibe había demostrado la suficiente bravura como para hacerse cargo de patear en un momento en el que muchos se esconden ante la mirada del entrenador.
El Emperador lo acarició incluyéndolo en la formación titular en el siguiente partido. Fue el debut para el nacido en Chaco desde el arranque. Hasta este compromiso con Arsenal siempre había sido alternativa desde el banco para los segundos tiempos. Todavía sin Leandro Fernández, el técnico buscó otra variante con el purrete que había firmado su primer contrato profesional en la semana.
Vallejo se ubicó inicialmente por la derecha en el 4-4-2 que llegó para quedarse de la mano de los triunfos. Del otro lado del mediocampo estuvo Damián Batallini. Tres minutos tardó el joven atacante en hacer su estreno en la red. De un córner a favor del local, nació la contra rápida y letal del Rojo.
Joaquín Laso rechazó de cabeza en el primer palo y Batallini se lo comió a William Machado, que intentó pararla de pecho y no la pudo controlar ante la presión del ex Argentinos Juniors. Ahí pasó velozmente Vallejo. Se llevó el balón, Leandro Benegas colaboró arrastrando marcas y el chico definió certero para enterrar angustias y entender que de esto se trata también el fútbol, que así como a veces te quita, también te devuelve.
No fue todo. Vallejo protagonizó todas las acciones de riesgo en el arco de enfrente. Le dio un buen pase vertical a Facundo Ferreyra, quien no pudo aprovecharlo ante la marca rival. Luego, intercambió de banda con Batallini. Por la izquierda también produjo: le dio una asistencia a Benegas, otro que no concretó una gran chance.
En la segunda parte hubo menor llegadas al área de Arsenal, que tuvo la posesión aunque sin profundidad. La más peligrosa del lado rojo fue un centro desde la derecha que Vallejo no logró conectar al borde del área chica. Benegas le dio en la segunda jugada y la pelota la sacó Chimino en la línea.
Siempre Vallejo. En todas estuvo el pibe que cambió el mal sabor que le había quedado por uno más dulzón al darle el quinto triunfo al hilo al equipo por el campeonato local. Y, por qué no, se ganó la oportunidad de mantenerse entre los titulares porque dejó en claro que es una alternativa muy interesante, con pimienta, velocidad y visión, para la producción ofensiva de este Independiente que busca terminar el año de manera decente.
