Connect with us

Vaso lleno, vaso vacío

independiente huracan montenegro bolatti

Indudablemente cualquier hincha de Independiente festejó el triunfo. Para sacar la mufa del 1-5 contra Lanús, para desahogar los nudos contenidos, para desquitarse de la humillación del domingo pasado, pero también, para seguir bancando al Tolo. Vayamos por partes.

El vaso medio lleno nos hace ver la actitud de un equipo que demostró las ganas de ganar, el ímpetu de querer dar vuelta la página. Las palabras de Gallego retumbaron en la cabecita de algunos jugadores, que salieron a la cancha con sed de revancha. Por caso, se vio a Ríos más comprometido, aunque con la cadena a medio salir, a Montenegro más ligado con el rol de chófer de un equipo que gira en torno a él. A Mancuello, con su ida y vuelta constante hasta fundir los pulmones. A un renovado Machín, demostrando que su débito sigue abierto y que puede hacer, perfectamente, lo mismo que demuestra en los entrenamientos.

El vaso medio vacío da para hablar largo y tendido. El equipo sólo mostró 15 minutos de ¿buen? fútbol. La entrega no se hizo amiga del juego. Independiente careció de armado y elaboración, no supo encontrar la pelota y cuando la tuvo la inutilizó. Las dudas de Moreira, los pelotazos sin destino de Gioda, los nervios obvios de Delmonte, la desubicación de Vittor, la pesadez de Nuñez y, cuando entró, el ahogo eterno de Mazzola, que a pesar de aguantar la pelotita nunca tuvo aire suficiente para generar espacios con piques cortos. Además, Higuaín sigue sin aportar nada cuando entra.

El fútbol fue efímero. La entrega fue el arma principal, pero ojo, faltando 20 minutos el equipo careció de aire y derrochó dudas: de ubicación, de marca, de posesión y de confección. Si bien falta trabajo, se espera más juego. Ahora el Tolo deberá trabajar específicamente en eso, pero lógico, ahora tendrá la tranquilidad de la victoria para poder realizarlo con viento a favor.

El viernes se viene Colón, ¿se vendrá el fútbol que escaseó el sábado? Esperemos que sí,  hay cuatro días para entrenarse y mejorar, esperemos que, definitivamente, sea el despegue y, quién te dice, de acomodarse ahí arriba, donde todos queremos estar.

Lucas Sawczuk

Advertisement
Connect