Independiente jugó muy mal y perdió en la última acción ante Gimnasia de La Plata. El homenaje para Diego Maradona fue completo: afuera de la cancha y adentro también, dándole tres puntos a un equipo que es de los peores del torneo.
¿En dónde quedó el Independiente que inquietó al mejor River de la historia? ¿En dónde quedó el equipo que con puntería podría haberse llevado tres puntitos de la Bombonera? ¿Y la orquesta que goleó 5-0 a Rosario Central? Evidentemente el piñón del clásico fue tan duro que destruyó cualquier tipo de creación de Lucas Pusineri.
Independiente juega mal y lo más preocupante es que juega peor que el partido anterior. Ante Gimnasia de La Plata mostró aún una peor cara que contra Arsenal y terminó perdiendo el encuentro por falta de concentración, carácter y grandeza.
El Roj tuvo la pelota por largos tramos del cotejo pero quedó expuesto al no tener ni idea de qué hacer con ella. Carente de imaginación y de cualquier tipo de sociedad, se ahogó en un mar de fallas y miedos. Ningún jugador salió indemne ante tamaña muestra de mediocridad.
Una caída libre que parece no tener final. Otro resultado que no hace más que desnudar todas las falencias de un club que no atraviesa una desidia generalizada. Arranca en la dirigencia, pero los jugadores tienen su gran cuota de responsabilidad.
