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Votá por el mejor jugador del Rojo en el torneo

A lo largo de esta temporada en la B Nacional, hubo varios futbolistas que fueron claves para que Independiente lograra el ascenso a Primera División. Algunos jugaron mas partidos y fueron mas regulares, otros aparecieron de a ratos. Algunos fueron determinantes en el comienzo del torneo, otros al final. Aquí están los que, de una manera u otra, marcaron un punto de inflexión. En InfiernoRojo, invitamos a una votación para elegir al mejor futbolista del Rojo de este año futbolístico.

-Diego Rodríguez: imposible no destacarlo. El Ruso, que estuvo mucho tiempo a la sombra de Fabián Assmann, Hilario Navarro y Adrián Gabbarini, terminó siendo el dueño del arco Rojo en el peor momento de sus historia y demostró ser mucho mejor que todos ellos. Dio la cara en el torneo en el que Independiente descendió, aún con buenas actuaciones. Luego, comenzó siendo suplente de Assmann las primeras tres fechas en la B Nacional -algo que fue un error de Miguel Ángel Brindisi, que prefirió al rubio arquero por su “experiencia”-. En la cuarta fecha, ante Atlético Tucumán, fue titular y figura. El equipo perdió ese día 2 a 1, pero hubiese perdido por media docena de goles de no ser por Diego. A partir de ahí, llegó Omar De Felippe al banco y no salió mas. Siempre, en cada encuentro, fue de los futbolistas mas destacados de la cancha. Aún en las victorias, fue determinante: por ejemplo, en la goleada ante Talleres por 3 a 0 en el Libertadores de América, cuando sacó cuatro pelotas de gol claras. No hubo encuentro en el que, por lo menos, no haya tenido una intervención para salvar al Rojo. Hasta marcó dos goles de penal. Y eso no es detalle menor: teniendo en cuenta los antecedentes de Daniel Montenegro, el que los venía pateando, es destacable su impronta para hacerse cargo desde los doce pasos ante Banfield en el empate 3 a 3 y ante Sportivo Belgrano en el triunfo 3 a 2. Discutiblemente, el mejor arquero de la categoría. Seguramente, si mantiene este nivel en Primera División, tendrá muchos mas ojos posados en él y mas repercusión. Porque, sin dudas, es de los mejores del país en su posición. Su condiciones de portero de equipo grande lo respaldan.

-Federico Macuello: junto con el Ruso, el más regular de Independiente a lo largo del campeonato. Quizás no sea un crack o un distinto en cuanto a habilidad o técnica, pero sí es un crack y un distinto en despliegue, garra, corazón, entrega, empeño, actitud y amor propio y por el club. La gente lo entendió así y lo valora, ya que juega como cualquier otro hincha. Jugó de volante externo, mediocampista central y de lateral y lo hizo siempre bien. Y si le hubiesen pedido de jugar de delantero centro o de arquero, lo hubiese hecho porque entiende que el Rojo así lo necesita y debe dar lo mejor de sí. Disputó 37 partidos, y el resto no lo hizo porque no se lo permitió el físico o porque cumplió fechas de suspensión. Y, en la final ante Huracán por el desempate para ascender a Primera, salió a la cancha a jugarse la vida en condiciones deplorables -que le hubiesen impedido jugar a cualquier otro -. Además, marcó dos goles: uno, un golazo para abrir el marcador en el empate con Aldosivi 2 a 2. El otro, para descontar en Mendoza ante Independiente Rivadavia. Impecable lo de Mancu, que siempre la peleó de abajo y hoy, por todos sus valores hacia el club, es de los mas destacados.

-Daniel Montenegro: para analizar el año del Rolfi, hay que cortarlo en partes y ser bastante precavido. Primera parte: primeras cuatro fechas, con Miguel Ángel Brindisi. Muy apagado, sin destacarse. Dos goles, ambos de penal ante Brown de Adrogué en la caída 2 a 1 y Aldosivi en el empate 2 a 2. Segunda parte: desde la quinta fecha hasta el final del 2013 y de la primera rueda, de la mano de Omar De Felippe. En ese tramo, el capitán fue de menos a mas y terminó siendo de los goleadores y mejores del torneo. Seis tantos mas, a Villa San Carlos -triunfo 1 a 0- Talleres -doblete de gran calidad para empatar 2 a 2 en Córdoba- Unión -de penal para igualar 1 a 1- y Ferro Carril Oeste -otra vez, en duplicado y calidad HD para golear 3 a 0-. Tercera parte: toda la segunda rueda. Nivel bajísimo, a tono con el equipo. Sin hacerse cargo de la situación y la pelota. Sin desequilibrar. Sin ser manija ni bandera. Sin destacarse en la marca o en ataque. Sólo dos gritos: ante Crucero del Norte en la dura derrota 3 a 1 en Misiones y ante Instituto en el triunfo clave en Córdoba. Se puede analizar y decir que lo del Rolfi fue de la mano con el equipo: cuando el Rojo andaba mal, también lo hacía Montenegro. Cuando Independiente levantó, también lo hizo el número diez. O que lo del equipo fue de la mano del Rolfi: en los puntos altos, se debía al buen nivel de él. Y en los puntos bajos, se evidenciaba que era por su bajón personal. De cualquiera de las dos maneras, es claro que el punto de partida es que el capitán tuvo muchos bajones. Quizás mas que momentos buenos. Y eso se sintió mucho. Y parece ser una desilusión, ya que el hincha siempre espera que aparezcan los distintos en los momentos duros. Y lo peor es que, salvo por el golazo ante la Gloria, Montenegro no volvió a brillar en el sprint final donde el equipo sí dio la cara. La sensación, entonces, es de que no pudo dar lo que todos esperaban de él. Y eso, sin dudas, deja un mal sabor. Quizás, incluso si hubiese sido héroe ante Huracán -rival ante el cual sí fue villano cuando erró el penal en la derrota 1 a 0 en Avellaneda- no hubiese terminado de dejar una cuota personal de redención. Ahora, se verá si continúa en el club. Y, pasado el tiempo, se verá si el hincha valora su decisión de volver y jugar 42 de los 43 encuentros y marcar 10 goles, o pesa mas que cuando volvió no estuvo a la altura de sus propias exigencias y su historia pasada en el club.

Matías Pisano: el Enano llegó bajo sospecha, ya que pagó una gran cantidad por un futbolista de la tercera categoría del fútbol argentino. Pero, rápidamente, se vio que es un chico con condiciones. Con velocidad, desequilibrio, guapeza, punzante, y que puede tanto asistir como hacer goles. En la primera rueda, fue junto a Montenegro el mejor jugador de campo. El tema fue que bajó considerablemente en la segunda parte del torneo. Quizás se deba a que fue acorde al equipo en general. O que los rivales ya habían entendido que lo podían anular con una doble marca, o cercandoló hacia la banda. En el tramo final, levantó muchísimo y dejó una buena imagen. Mas que nada a futuro, para poder brillar en Primera. Disputó 41 partidos en total, y marcó 4 goles -Atlético Tucumán, Crucero del Norte, Brown de Adrogué y Defensa y Justicia-. Pero, para potenciarse, debe mejorar un aspecto: ser mas regular alrededor de los noventa minutos. Muchas veces, mas que nada de visitante, fue intermitente. Quizás en las jugadas destacadas se veía un gol, asistencia o remate de Pisano. Pero en todo el encuentro no tuvo tanta incidencia. Ahí deberá trabajar para ser mejor y mas completo. Cualidades, tiene.

-Facundo Parra: llegó con el buen recuerdo de ser el héroe en la Copa Sudamericana 2010 y en algunos clásicos con Racing. Comenzó bajo y en mala condición física, pero luego remontó y fue titular casi toda la primera parte. El la segunda rueda, cayó bastante. El problema fue que el equipo jugaba sólo con un punta, y Parra no es un nueve de área ni goleador. Es un segundo atacante, que puede acompañar, llevar marcas y anotar en una menor medida. No hay que confundirse y pensar que debía hacer treinta goles. Pero los 9 que hizo en 29 participaciones sí son una baja cantidad, escasa. Es verdad que cada gol fue importante. Sus gritos a Sarmiento de Junín -dos para una victoria 2 a 1- Sportivo Belgrano -triunfo 1 a 0 en San Francisco- y Talleres -triplete para golear a Talleres 3 a 0- significaron nueve puntos para Independiente. También apareció ante Douglas Haig -gran gol de taco- Instituto y Brown de Adrogué. Pero sigue siendo poca cantidad. Además, si se saca el encuentro ante Talleres, sólo hizo 6 en los restantes 28 partidos. Una cifra baja. Luego, se perdió el tramo final por una lesión.

-Federico Insúa: el Pocho llegó en este 2014 bajo todas las sospechas. La gente empezó a cuestionar si estaba apto físicamente y futbolísticamente para jugar los noventa minutos, si era positivo incluirlo en el once inicial retocando el equipo ya armado y si valía la pena pagar la cantidad de dinero que se pagó. Nadie va a discutir la calidad que tuvo y tiene el Pocho. Pero es verdad que nunca pudo completar un encuentro en buen ritmo. También es verdad que no tuvo tantas chances de ir desde el arranque, porque su llegada coincidió con el bajón del Rojo y entonces el técnico buscó cambiar el esquema constantemente para buscar respuestas. Sólo estuvo en chanca en 17 oportunidades, con 4 gritos. Su arranque en el once inicial ante Brown de Adrogué fue auspicioso, con una enorme jugada personal y asistencia a Pisano en el segundo gol. Luego, se vino a menos. Recién volvó a brillar ante Santamarina por Copa Argentina, con dos tantos. También marcó contra San Martín de San Juan. Pero lo más imporante de Insúa se vio en el sprint final del campeonato. Gol y avivada para dar vuelta una dura parada ante Douglas Haig y asistencia a Pisano conta Defensa y Justicia. Pero, mas que nada, el Pocho le dio al Rojo una inyección en lo anímico en esta última parte. 

-Sebastián Penco: si bien la estadística dirá que el nueve sólo marcó 5 tantos en 25 encuentros, hay que valorar la importancia de esos pocos goles. Todos fueron en la segunda parte del torneo, ya que en la primera casi ni jugó. Sólo ingresaba faltando pocos minutos, sin tiempo para hacer nada. En este año, la suerte le dio un guiño. Primero, arrancó en la red ante Atlético Tucumán en la caída por 3 a 1. Volvió a meter contra Banfield en el empate 3 a 3. Y luego, los más determinantes: uno para rescatar un punto ante Ferro Carril Oeste -1 a 1- uno para darlo vuelta en Pergamino contra Douglas Haig -2 a 1- y uno para un triunfazo en Córdoba ante Instituto -2 a 1-. Aunque no fue tan regular o clave durante todo el torneo, la gente lo recordara como el héroe de los últimos encuentros. Un premio para él, que la peleó todo el año para lograr lo que al final hizo.

-Marcelo Vidal: no fue tan importante como otros, pero su inclusión coincidió con la gran racha del Rojo para terminar el 2013 en puestos de ascenso. Entró por los bajísimos rendimientos de los refuerzos, Franco Razzotti y Reinaldo Alderete. Y el juvenil lo hizo con creces. Dio un paso al frente. Terminó jugando 23 partidos y marcando 3 tantos. Dos de ellos, ante Gimnasia de Jujuy y Patronato -golazo de mitad de cancha en Paraná- significaron seis puntos para el Rojo. Después, las lesiones lo marginaron. Pero mientras jugó, lo hizo de buena manera.

-Franco Bellocq: si Vidal fue importante en la racha final del Rojo en el 2013, Bellocq lo fue en la racha final del Rojo en el 2014. Se hizo cargo del mediocampo y lo hizo de buena manera. Quizás con otras características que las del Toro: menos agresividad y sin goles, pero con solvencia para jugar de primera y con elegancia, sin abusar de las faltas. Jugó diez partidos, todos aprobados.

¿Quién fue el mejor futbolista del Rojo en el torneo?

 

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