El Rojo perdió ante San Lorenzo 2-1 y volvió a mostrar ineptitud en ataque y en defensa. Nunca, en todo el Torneo Inicial, pudo salir del descenso. Ferreyra había abierto el marcador a los 8, pero el Ciclón entendió cómo se tenía que jugar y lo dio vuelta con los goles de Bianchi Arce y Alan Ruiz.
Lo dejó pasar Independiente, lo aprovechó San Lorenzo. Era una final, otra más y van… y el resultado volvió a ser el mismo, derrota y otro pisotón a la historia y al alma de todos los hinchas del Diablo que siguen acompañando y que no paran de recibir cachetazos.
Los del Tolo Gallego salieron a jugar conociendo la importancia del partido. Presionó bien arriba, ahogó a San Lorenzo y manejó con criterio la pelota. Tanto es así, que Hernán Fredes, el más activo en los primeros minutos, tuvo dos jugadas claras. En una la pisó bien pero su pase gol se lo quedó un defensor Cuervo. En la segunda, su zurdazo no conectó la pelota y quedó en la nada.
Y, de tanto ir, llegó el grito. Buen ataque de Vargas, que al final fue el mejor del equipo, que fue detenido con falta. El tiro libre era cantado para Osmar Ferreyra y así fue. Zurdazo con mucha rosca y todo empeine. Migliore se estiró pero no llegó ni por casualidad. La pelota se coló bien pegada al palo. El Rojo abría el marcador y la ilusión. Iban 8 minutos solamente.
Sin embargo, en vez de cuidar la diferencia bien lejos de Hilario, el visitante hizo todo lo contrario y le regaló la iniciativa al Ciclón. Los de Pizzi de a poco se fueron agrandando y con nada de nada empujaron a su rival y fueron conquistando las acciones. Tanto es así que diez minutos después de la apertura del marcador llegaría el empate.
Primero un remate de Alan Ruiz. Luego un tiro libre que se fue al tiro de esquina y de esa pelota parada llegó la igualdad. Primer error: un jugador del Ciclón cabeceó solo y la pelota dio en el travesaño. Segundo error: Hilario Navarro va a buscar sin convicción, como siempre, y pierde con un jugador de alto. Tercer error: Bianchi Arce solo en el área chica cabecea a la red sin nadie que lo moleste. Mal todo: la defensa, Hilario, el equipo que se metió atrás y el Tolo por permitirlo.
Esto agrandó más aún al Cuervo y se empezó a llevar por delante a Independiente. Sus jugadores ganaban los rebotes, las divididas y parecían físicamente en mejor estado. Villafañez fluctuaba por la vida sin hacer nada en la cancha. No había salida por el piso y todo eran pelotazos.
Recién a los 25 minutos los del Tolo lograron salir un poco del fondo. San Lorenzo manejaba la pelota con más criterio pero el visitante intentaba ganar metros con la carencia de ideas de siempre. Fredes era importante y junto con Vargas, que se hacía dueño de la pelota y el mediocampo, lograron levantar al equipo. De todas maneras, las más importantes eran para el local. Stracqualursi de tijera casi hace un golazo. Luego, Alan Ruiz en dos oportunidades desde afuera hizo mover a Hilario.
Así se fue el primer tiempo con un Independiente golpeado por no mantener el resultado y un San Lorenzo motivado por las acciones. Y, para peor, ni bien arrancó el complemento los de Pizzi encontraron la diferencia definitiva. Sí a los 2 minutos Alan Ruiz se sacó de encima a Velázquez y le pegó de lejos. Hilario Navarro, que deja mucho que desear en sus últimas actuaciones, volvió a dar la nota y se le doblaron las manos. 2-1 y lo de siempre, la imposibilidad de reaccionar.
De a poco comenzaron los manotazos de ahogado. Benítez por Battión, un equipo que empuja sin saber cómo se debe atacar. Cuando había que jugar de alto lo hacían por abajo y viceversa. San Lorenzo le regaló absolutamente todo a Independiente pero se refugió bien atrás y le cerró los espacios. Algo que al Rojo le duele mucho, pero mucho mucho.
Así se fueron consumiendo los minutos. Algunos jugadores dejaban todo. Otros las perdían todas. Algunos pasaron desapercibidos y el equipo entero volvió a decepcionar. A los 32 minutos, si recién ahí, el Tolo lo metió a Vidal para sacar a un Fredes cansado, algo que no se entiende en un muchacho que está preparado para esto.
Villafañez jugó los 90 minutos y poco hizo. A Farías no le llegó una en todo el partido. Vargas fue lo mejor. Ferreyra no pudo desbordar con criterio. Benítez tuvo algunas muy buenas, pero casi todas mal finalizadas. La defensa fue un desastre. Y lo de Hilario ya no va más. El Rojo volvió a caer en una final, esta vez ante un rival muy directo que termina el año con alegría, todo lo contrario a los del Tolo que siguen fluctuando en la mediocridad y en la derrota.
