Viernes 06/04/2018, 22:03:05
Seamos malos...
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Hola buenas noches.
Escucho y leo de todo sobre el Rojo, y llego a una conclusión que seguramente de original tendrá poco: nosotros los hinchas tenemos tanta necesidad de ver bien al equipo, de verlo jugar un buen fútbol, de obtener buenos resultados, de salir campeones, de pasar a ser felices cada vez que vemos al Rojo como algunos tuvimos la dicha de verlo hace años...que definitivamente tenemos una tendencia a querer ver color de rosa cualquier intento de mejora o superación.
Eso sería bueno para nuestra salud mental, pero sucede que la ansiedad es tanta, que más que ver color de rosa, vemos como un verdadero arco iris con un sol brillante y con un cielo despejado cualquier situación beneficiosa y le damos, inconscientemente, una proyección inusitada...
Tenemos un buen partido, con un buen resultado, y ya soñamos con vernos levantando la 8ava y ganándole al Barcelona o al Real.
Bueno...soñar es gratis...
Eso nos hace minimizar en mucho los errores que se cometen, las malas decisiones, las faltas de aptitud, las desatenciones infantiles y demás, que se producen no tanto en la cancha (las que siempre son remarcadas de inmediato) sino las que vienen desde el banco por parte del cuerpo técnico y del DT en particular.
Por lo tanto...vamos a ser malos y analicemos si existen reales y verdaderos motivos para que Holan se vaya o no.
Es cierto que con la llegada de Holan se produjo un cambio de mentalidad en los jugadores y también, vale decirlo, en la gente, en nosotros los hinchas.
Es como que "nos domesticó", nos bajó la ansiedad, nos mostró un poco cuàl era el camino y de a poquito, nos cerró la boca en base a resultados.
Por otro lado, cierto es que el equipo ganó y muchísimo en preparación física, y su estado era un arma más (y de las más importantes) que daba pie a una intensidad en el juego y en la marca, que antes ni olíamos.
El equipo recuperaba la pelota apenas la perdía y tenía un cambio de ritmo poco menos que feroz, que se veía reflejado en la red en base a la eficacia de jugadores como Rigoni, Gigliotti, Fernandez, Albertengo y Barco fundamentalmente.
Nos pusimos contentos porque apeló a los juveniles, los cuales con suerte diversa pusieron su granito de arena para la recuperación del estilo Rojo.
También nos tocó el corazón cuando sacó a relucir el saludo legendario de las grandes noches y cuando llamó a nuestros ídolos para que motivaran a juveniles y a los del primer equipo.
Y todos juntos tiramos para el mismo lado (menos bobote) y conseguimos la Sudamericana y con ella el pase a varias posibles Copas.
Pero llegaron los nubarrones: vendimos figuras como hacía tiempo el Rojo no negociaba...y trajimos "figurones" demasiado caros como para soportar las respectivas "adaptaciones".
Esas adaptaciones significan plata en el "mientras tanto" sin recibir nada a cambio, excepto prestaciones desvalorizadas que no justifican, hasta ahora, las inversiones realizadas.
Los dirigentes le dieron a Holan los gustos: hasta el momento...resultado negativo.
Al mismo tiempo, la llegada de esos "nuevos valores del fútbol", relegó a los chicos que habian subido de las inferiores (reserva), lugar a donde volvieron, no diría quemados pero seguramente algo chamuscados...inútilmente.
Como corolario de eso, con nuevos valores sin adaptación y sin juveniles, el plantel de la primera quedó descompensado, sin reemplazos de las figuras que se fueron ni en calidad ni en número.
Y esas fueron decisiones de Holan.
La historieta de su renuncia y su desrenuncia, le agregó un poco de histeria a la historia, de la cual el gran perdedor fue Kohan, quien con el tiempo aparece como el verdadero motivo de aquella renuncia, y que además queda en medio de la escena al notarse el deterioro de la condición física del primer equipo, algo palpable y que no admite discusión.
Más allá de los verdaderos motivos de la disputa Holan-Kohan, lo cierto es que el gran perdedor o perjudicado fue el plantel profesional, que ahora afronta los partidos hasta el fin del primer tiempo, para luego deambular los segundos 45' de cada fecha.
Y en ese sentido, tenemos que entender que si bien hubo un "triunfo" de Holan, fue un triunfo "a lo PIrro": fue un triunfo de su ego, pero una derrota para el plantel, más allá del significado de Kohan para los muchachos, ya que era muy cercano y apreciado.
Otra vez tenemos que señalar que lo ocurrido fue decisión de Holan (por acción o por omisión).
Y en medio de todas estas cuestiones que marcamos como desaciertos de Holan o decisiones desafortunadas, tenemos el lógico bajón futbolístico del equipo, sobre el cual todas las cosas que marco antes fueron golpeando y claro: los tipos no son de plástico...
Lo malo es que los bajones individuales (Fernandez, Gigliotti, Domingo-Torito, los laterales) no fueron solucionados mediante reemplazos: no encuentra Holan sustitutos viables.
Y la suma de bajones individuales genera el lógico bajón del equipo, al cual Holan no le encuentra la vuelta, habiendo perdido el famoso CAI, más que nada (a mi juicio) por la baja condición física de los jugadores.
Y Holan no encuentra respuesta en sus colaboradores aplicados a la preparación física, aún cuando ha sido él mismo quien los eligió.
Otra decisión desafortunada.
Y también es desafortunada la actividad en los entrenamientos, de los cuales nosotros los hinchas podemos solamente juzgar su efectividad por lo que vemos en los partidos: los errores, los mismos errores, se repiten partido a partido: corners mal ejecutados, inexistencia de jugadas preparadas con pelota parada, inexistencia de tiros de media distancia, falta de juego coordinado en ataque, defensa desprolija, falta de marca...
No conozco la vida interna del vestuario como para dar cabida a la idea de una posible "cama" del plantel a Holan, pero lo cierto es que no puede serle extraño al DT la existencia de una situación por el estilo.
Por lo tanto, o no hay una situación así, o el DT se hace el nabo.
Si no hay movida de piso, los bajones de juego de varios jugadores deben ser corregidos y Holan no está dando señales de corrección.
Nuevas decisiones desafortunadas son tanto mantener jugadores actualmente ineficientes, como realizar cambios que nada aportan.
Si el DT se hace el nabo...la suerte está echada y comienza Holan a remar en cemento, lo cual no lo lleva a ninguna parte y desprestigia al Rojo que dice amar.
Dije que iba a ser malo, y concluyo que existen no uno sino varios fundamentos por los cuales Holan debería demostrar una muy buena conducción y mucha imaginación para corregir el rumbo actual.
Si no puede efectuar esas correcciones a tiempo como para al menos renovar las ilusiones en la Libertadores y ganar la Suruga, y clasificar a la Libertadores del 2019 como hipótesis de mínima, entiendo que debería dar un paso al costado para impedir que sus caprichos borren todo l bueno que realizó y por lo cual le estamos absolutamente agradecidos.
Escucho y leo de todo sobre el Rojo, y llego a una conclusión que seguramente de original tendrá poco: nosotros los hinchas tenemos tanta necesidad de ver bien al equipo, de verlo jugar un buen fútbol, de obtener buenos resultados, de salir campeones, de pasar a ser felices cada vez que vemos al Rojo como algunos tuvimos la dicha de verlo hace años...que definitivamente tenemos una tendencia a querer ver color de rosa cualquier intento de mejora o superación.
Eso sería bueno para nuestra salud mental, pero sucede que la ansiedad es tanta, que más que ver color de rosa, vemos como un verdadero arco iris con un sol brillante y con un cielo despejado cualquier situación beneficiosa y le damos, inconscientemente, una proyección inusitada...
Tenemos un buen partido, con un buen resultado, y ya soñamos con vernos levantando la 8ava y ganándole al Barcelona o al Real.
Bueno...soñar es gratis...
Eso nos hace minimizar en mucho los errores que se cometen, las malas decisiones, las faltas de aptitud, las desatenciones infantiles y demás, que se producen no tanto en la cancha (las que siempre son remarcadas de inmediato) sino las que vienen desde el banco por parte del cuerpo técnico y del DT en particular.
Por lo tanto...vamos a ser malos y analicemos si existen reales y verdaderos motivos para que Holan se vaya o no.
Es cierto que con la llegada de Holan se produjo un cambio de mentalidad en los jugadores y también, vale decirlo, en la gente, en nosotros los hinchas.
Es como que "nos domesticó", nos bajó la ansiedad, nos mostró un poco cuàl era el camino y de a poquito, nos cerró la boca en base a resultados.
Por otro lado, cierto es que el equipo ganó y muchísimo en preparación física, y su estado era un arma más (y de las más importantes) que daba pie a una intensidad en el juego y en la marca, que antes ni olíamos.
El equipo recuperaba la pelota apenas la perdía y tenía un cambio de ritmo poco menos que feroz, que se veía reflejado en la red en base a la eficacia de jugadores como Rigoni, Gigliotti, Fernandez, Albertengo y Barco fundamentalmente.
Nos pusimos contentos porque apeló a los juveniles, los cuales con suerte diversa pusieron su granito de arena para la recuperación del estilo Rojo.
También nos tocó el corazón cuando sacó a relucir el saludo legendario de las grandes noches y cuando llamó a nuestros ídolos para que motivaran a juveniles y a los del primer equipo.
Y todos juntos tiramos para el mismo lado (menos bobote) y conseguimos la Sudamericana y con ella el pase a varias posibles Copas.
Pero llegaron los nubarrones: vendimos figuras como hacía tiempo el Rojo no negociaba...y trajimos "figurones" demasiado caros como para soportar las respectivas "adaptaciones".
Esas adaptaciones significan plata en el "mientras tanto" sin recibir nada a cambio, excepto prestaciones desvalorizadas que no justifican, hasta ahora, las inversiones realizadas.
Los dirigentes le dieron a Holan los gustos: hasta el momento...resultado negativo.
Al mismo tiempo, la llegada de esos "nuevos valores del fútbol", relegó a los chicos que habian subido de las inferiores (reserva), lugar a donde volvieron, no diría quemados pero seguramente algo chamuscados...inútilmente.
Como corolario de eso, con nuevos valores sin adaptación y sin juveniles, el plantel de la primera quedó descompensado, sin reemplazos de las figuras que se fueron ni en calidad ni en número.
Y esas fueron decisiones de Holan.
La historieta de su renuncia y su desrenuncia, le agregó un poco de histeria a la historia, de la cual el gran perdedor fue Kohan, quien con el tiempo aparece como el verdadero motivo de aquella renuncia, y que además queda en medio de la escena al notarse el deterioro de la condición física del primer equipo, algo palpable y que no admite discusión.
Más allá de los verdaderos motivos de la disputa Holan-Kohan, lo cierto es que el gran perdedor o perjudicado fue el plantel profesional, que ahora afronta los partidos hasta el fin del primer tiempo, para luego deambular los segundos 45' de cada fecha.
Y en ese sentido, tenemos que entender que si bien hubo un "triunfo" de Holan, fue un triunfo "a lo PIrro": fue un triunfo de su ego, pero una derrota para el plantel, más allá del significado de Kohan para los muchachos, ya que era muy cercano y apreciado.
Otra vez tenemos que señalar que lo ocurrido fue decisión de Holan (por acción o por omisión).
Y en medio de todas estas cuestiones que marcamos como desaciertos de Holan o decisiones desafortunadas, tenemos el lógico bajón futbolístico del equipo, sobre el cual todas las cosas que marco antes fueron golpeando y claro: los tipos no son de plástico...
Lo malo es que los bajones individuales (Fernandez, Gigliotti, Domingo-Torito, los laterales) no fueron solucionados mediante reemplazos: no encuentra Holan sustitutos viables.
Y la suma de bajones individuales genera el lógico bajón del equipo, al cual Holan no le encuentra la vuelta, habiendo perdido el famoso CAI, más que nada (a mi juicio) por la baja condición física de los jugadores.
Y Holan no encuentra respuesta en sus colaboradores aplicados a la preparación física, aún cuando ha sido él mismo quien los eligió.
Otra decisión desafortunada.
Y también es desafortunada la actividad en los entrenamientos, de los cuales nosotros los hinchas podemos solamente juzgar su efectividad por lo que vemos en los partidos: los errores, los mismos errores, se repiten partido a partido: corners mal ejecutados, inexistencia de jugadas preparadas con pelota parada, inexistencia de tiros de media distancia, falta de juego coordinado en ataque, defensa desprolija, falta de marca...
No conozco la vida interna del vestuario como para dar cabida a la idea de una posible "cama" del plantel a Holan, pero lo cierto es que no puede serle extraño al DT la existencia de una situación por el estilo.
Por lo tanto, o no hay una situación así, o el DT se hace el nabo.
Si no hay movida de piso, los bajones de juego de varios jugadores deben ser corregidos y Holan no está dando señales de corrección.
Nuevas decisiones desafortunadas son tanto mantener jugadores actualmente ineficientes, como realizar cambios que nada aportan.
Si el DT se hace el nabo...la suerte está echada y comienza Holan a remar en cemento, lo cual no lo lleva a ninguna parte y desprestigia al Rojo que dice amar.
Dije que iba a ser malo, y concluyo que existen no uno sino varios fundamentos por los cuales Holan debería demostrar una muy buena conducción y mucha imaginación para corregir el rumbo actual.
Si no puede efectuar esas correcciones a tiempo como para al menos renovar las ilusiones en la Libertadores y ganar la Suruga, y clasificar a la Libertadores del 2019 como hipótesis de mínima, entiendo que debería dar un paso al costado para impedir que sus caprichos borren todo l bueno que realizó y por lo cual le estamos absolutamente agradecidos.
No time for losers 'Cause we are the champions