Después de la paliza granate, ganar no es poco. Nos llevamos los tres puntos ante un equipo que no es gran cosa (porque si nos guiamos por lo que dicen algunos parece mejor que el del ’73), pero se las ingenia para jugar bien y aprovechar a los jugadores con talento que tiene. Se puede trabajar con tranquilidad esta semana y encarar el partido del viernes sabiendo que se presenta otra posibilidad en este raro torneo de meterse entre los de arriba. Pero hay que ser realistas y saber que no debemos pensar en eso.
Es el momento de bancar a Gallego para que realmente haga lo que insinuó y empiece a poner pibes, a quienes lógicamente también hay que apoyar y esperar. Es ahora cuando tiene que probar y buscar cuáles son los jóvenes que pueden darle una base junto a los que sirvan y se quieran quedar (y lo demuestren). Haciendo esto pensando en el torneo que viene, quizás se pueda encontrar un equipo confiable (no lo fue el del sábado) en este Clausura. De otra manera estaríamos confiando en la misma gente que tantas veces nos falló.
Ojalá el técnico encuentre al nueve para tener más peso ofensivo, sino vamos a tener que seguir confiando en la eficacia o la fortuna del medio para adelante, que por ahora, si pensamos en las llegadas y las veces que marcamos, nos viene dando una mano. Pensando en los que defienden, fue preocupante la falta de ubicación de Machín y Vittor, quienes perdieron todo el tiempo la espalda y fueron superados por los medios del Globo. La defensa mostró la misma inseguridad del partido anterior pero mejoró, como el resto del equipo en actitud, aunque como bien dijo el Tolo en la semana “hay que saber correr, Forest Gump también corre”. Falta fútbol eso quedo clarísimo, pero también lo es que obteniendo resultados es más fácil conseguirlo.
El tiempo dirá si estos puntos sirven y le dan al técnico la tranquilidad necesaria para ir encontrando el equipo y el buen juego o si solamente son tres puntos de sutura en una herida que ya tiene años y que necesita mucho más para cerrarse.
