El ciclo de Claudio Borghi, anunciado con bombos y platillos, terminó con muchísima más pena que gloria, y por decisión suya, cuando apenas habían pasado cuatro meses de su desembarco. El “Bichi” no tuvo fuerzas para pelear contra los molinos de viento y se volvió nomás para Chile.
Julio Comparada, rápido de reflejos y sin pensarlo demasiado, recurrió a Miguel Angel Santoro, gran bombero de la parte roja de Avellaneda, aunque esta vez no como interino, sino como definitivo, en una decisión políticamente correcta y, a priori, acertada.
Pepé conoce la escencia de Independiente, la mística, los pasillos, todo. El respira Independiente. Y lo primero que hizo, pese a que faltan dos semanas para el próximo partido, fue disponer que el plantel entrene en doble turno y conversó con los referentes, con el shampoo a full por todos lados.
Ahora, a estos jugadores que no rindieron ni con Burruchaga, ni con Troglio ni con Borghi, no les queda otra que bajar la cabeza y trabajar de la manera en que Pepé, quien sí hizo mucho por el club, quiera, e intentar plasmar en la cancha el mensaje del DT. Por el bien suyo, nuestro, de los dirigentes… POR EL BIEN DE TODOS.
