Pedido expresamente por Jorge Almirón, Claudio Aquino apareció en Independiente con la premisa de ser el generador de juego que el equipo necesitaba. No sólo que no lo fue sino que únicamente entró en cinco partidos, miró seis desde el banco y otros cuatro por la televisión. Se percibe que tiene calidad con la pelota en los pies, pero actualmente, para jugar en la elite de Argentina, se necesita más que eso y el ex Godoy Cruz aún no lo evidenció.
Llegó con una mochila pesada: convertirse en la manija de un equipo que acababa de despedir a Daniel Montengro. Fue extraño que el director técnico de ese momento lo llamó y no le dio minutos en los primeros cuatro partidos. Tan extraño como que al quinto encuentro, contra Unión de Santa Fe, lo puso dentro de los titulares. Juntó 186 minutos en cinco cotejos y demostró cualidades, pero también se lo notó mal en su forma física, lento a la hora de resolver y por supuesto, sin ritmo futbolístico.
Los otros diez partidos los vio sentado, seis en el banco y seis fuera del plantel. Entregó 53 pelotas correctamente y 14 mal, sumado a cinco tiros al arco. Realizó tres faltas y recuperó seis veces la pelota. También le sacaron la amarilla una vez. Tuvo la posibilidad de ejecutar tiros libres pero ninguno tuvo destino de gol.
En cuanto al puntaje brindado por InfiernoRojo, Claudio Aquino levantó un porcentaje de 5 puntos. Sus mejores partidos fueron contra Unión, donde logró se eje, comenzó muy bien con la distribución de la pelota pero se fue apagando sobre el cierre. Contra Arsenal entró bien y se metió en el circuito de juego, al igual que frente a Rosario Central, donde tuvo la jugada más clara de Independiente después del gol, con una apilada que terminó en remate fuerte y travesaño. Por el contrario, contra Tigre jugó mal y erró mucho; pese a que habilitó de forma excelente a Matías Pisano, quien desperdició el mano a mano.
El análisis de la primera etapa de Aquino debe ir de la mano con las chances que tuvo. No por nada quedó tantas veces afuera; es evidente que durante la semana no llenó los ojos de nadie y no rindió en el día a día. Claramente es un jugador que necesita juego para crecer, que sin la pelota en los pies no se luce y hasta entorpece el desarrollo del equipo. Debe mejorar físicamente. No cumplió con los requisitos impuestos en su llegada y tendrá que desenvolverse mucho más para continuar en Independiente.
