Independiente cayó 4-2 con Talleres en los penales, y quedó afuera de la Copa Argentina.
Partido horrible en Chaco. Independiente se enfrentaba con Talleres con el objetivo de llegar a Semis de la Copa Argentina, pero lo jugó muy mal. Tuvo actitud, pero le faltó juego en el mediocampo, y el ataque fue nulo en un partido que el Rojo debía salir a buscar. De esta forma, el resultado no podía ser el mejor.
De arranque, se lo vio un poco ambicioso al Diablo. El mediocampo funcionaba y, rápidamente, la pelota llegaba al ataque. Con Damián Batallini molesto y un Leandro Fernández revulsivo, los de Avellaneda intentaban. Esto, sin embargo, duró solo diez minutos. Luego, la T empezó a dominar las acciones, y cada vez se agrandó un poco más.
Edgar Elizalde supo contener bien a Diego Valoyes, pero por el otro lado, Alex Vigo tuvo serios problemas con Francisco Pizzini, y siempre quedaba rezagado en cada jugada. En la mitad de la cancha, sin Lucas Romero, Independiente tenía serios problemas para contener a los cordobeses. Así, entonces, terminó el primer tiempo, con el rival mejor parado.
En el complemento, la ecuación no cambió mucho: Talleres seguía insistiendo, y Valoyes trataba de alternar para engañar a Elizalde, que estaba atento. La zaga central seguía firme, pero Independiente no conseguía llegar a posición de ataque, y Leandro Benegas era un mero espectador. Con suerte, los dirigidos por Julio Falcioni llegaron a los penales, y ahí terminó todo.
Por parte de la T, Diego Valoyes, Favio Álvarez, Enzo Díaz y Julio Buffarini convirtieron sus penales. Rodrigo Garro falló el suyo, pero pese a esto, Alan Aguerre logró contener el tiro de Juan Insaurralde, así como Javier Vallejo falló su remate. Leandro Benegas y Facundo Ferreyra lograron marcar los suyos, pero no alcanzó.
Así, entonces, Independiente se quedó afuera en Cuartos de Final. Otra vez, la Copa Argentina se presentó como un duro escollo, y el Rojo sigue sin poder llegar siquiera a Semis. Luego de cinco triunfos al hilo, el equipo volvió a jugar muy replegado, y lo sintió en el desarrollo. Julio Falcioni quedó en el ojo de la tormenta por el juego o por darle la responsabilidad de un penal importante a un juvenil, cuando había que confiar en la experiencia. El próximo sábado, ante Arsenal, habrá que recuperar la sonrisa. ¡A levantarse!
