Quique, el abuelo que se adueñó de las pantallas por el abrazo con su nieto, pasó por los micrófonos de InfiernoRojo, el Programa, y contó lo que desencadenó en el abrazo.
El fútbol es más que un deporte. No son solo once personas detrás de una pelota sino que, en las tribunas, los hinchas se emocionan, se angustian, se enojan, y vuelven a festejar. Es una mezcla de sentimientos que, a veces, nos regala imágenes hermosas como la de Quique con su nieto, luego de que Martín Cauteruccio marcara el 2-1 sobre el final del partido.
El abuelo que nos emocionó a todos pasó por InfiernoRojo, el Programa, y contó cómo fue su visita al Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini para acompañar al plantel: “No todos los días uno ve lo que palpitó hoy. Estar viendo un entrenamiento no es común, y si a mí me llegó, a mi nieto más. Uno tiene que analizar todo, también, con la perspectiva de un chico de siete años que se sienta en el banco y ve cómo practican sus ídolos“. Y detalló: “A Ricardo Zielinski solo le dije gracias. Estaban por iniciar la práctica y, si bien estábamos mirando, no queríamos estorbar. A los chicos les deseamos fuerza”.
Profundizando en lo que fue el momento, Quique contó: “Mi nieto iba a la cancha desde el primer partido, pero veníamos empatando. Se nos escapaban partidos en el último minuto, y él estaba angustiado”. Y siguió: “Estábamos ganando, nos cobran un penal, y nos anulan un gol por un pie. Le dije que se quede tranquilo que, en el quinto minuto del descuento, lo ganábamos“.
Al finalizar, el abuelo habló de la repercusión de aquel momento, y confesó: “Volví a ver muchísimas veces la imagen, y cada vez pienso algo distinto. Fue un combo importante, porque realmente nos movilizó a todos el no saber dónde estábamos parados”. Y cerró con una gran anécdota: “Iba caminando, me paró un hombre, y me abrazó. Me dijo que mi abrazo con mi nieto lo hizo llorar, que le recordó a cuando él iba con su abuelo. Si eso no te hace llorar, sos de hierro”.
