Un día como hoy, pero hace diez años, Independiente le ganó a Boca en la Bombonera en un partidazo para la historia. ¡Reviví aquel encuentro!
Hay partidos que, sin ser trascendentales para algún título, quedan para la historia. El que se dio el 11 de marzo de 2012, por su parte, es uno de ellos. Aquella noche, Independiente le ganó un partido épico a Boca en la última jugada. Además, le cortó un invicto de 33 partidos en el ámbito local, y demostró que el Xeneize no era el cuco que parecía en aquel entonces.
Para contextualizar, el Rojo venía de cuatro derrotas al hilo con San Martín de San Juan, Lanús, Estudiantes y Argentinos. Los de la Ribera les habían ganado a Olimpo, Newell’s y San Lorenzo, e igualaron con Unión. Además, los azul y oro eran los vigentes campeones locales (e invictos), y aquel año pelearon el Clausura 2012 y llegaron a la final de la Libertadores, además de que lograron llevarse la Copa Argentina. Sin embargo, no pudieron contra el Rey de Copas, que puso lo que había que poner y les asestó un golpe durísimo.
“Va a terminar 4 a 4 (sí es que el Tecla no elude a Schavi)” 🤭
🔙 Hace 10 años, una vaselina que no se olvida más 🔴🔥 pic.twitter.com/24He3xQniv
— InfiernoRojo.com (@InfiernoRojo) March 11, 2022
El encuentro tuvo de todo: Nueve goles de los cuales uno fue antes del minuto de juego y otro en la última jugada. Ademáas, dos vueltas en el marcador, y un final de película con una vaselina que Agustín Orión todavía sigue buscando. Lo cierto es que, con un tanto de Patricio Vidal, otro de Osmar Ferreyra y tres de Ernesto Farías, el más grande pisó fuerte y bajó en la Bombonera a Boca. El local, apabullado, apenas pudo dar pelea con dos anotaciones de Facundo Roncaglia, una del Malevo en contra y otra de Pablo Ledesma. Aún así, terminó arrodillado ante el Orgullo Nacional.
El entrenador de Independiente era Cristian Díaz, que se encontraba cumpliendo un interinato por la renuncia de Ramón Díaz. Al Xeneize, por su parte, lo dirigía Julio Falcioni, ahora ex DT del Diablo. Los bosteros, que en la previa contaban la cantidad de goles por la que le iban a ganar al Orgullo Nacional, terminaron siendo meros espectadores de la fiesta del Rojo. A fin de cuentas, nunca hay que subestimar al único y verdadero Rey…
