Luego del primer gol de All Boys la gente que fue a ver al Rojo a Floresta se cansó y comenzó a pedir, por medios de las clásicas canciones, más actitud y ganas para no irse al descenso. Empezó el clima hot en la tribuna de Independiente.
Desde que comenzó este torneo, la ilusión del hincha creció cada vez más con el correr de los partidos. Con el presente que marca decepción tras decepción, el amor y el aguante para con el equipo se acrecentaron en masa. El estadio se vio colmado cuando Independiente jugó de local como pocas veces, desde que se reabrió el Libertadores de América.
Pero todo parece haber llegado a su fin o casi. Los aplausos que despidieron al conjunto de Américo Rubén Gallego en el frío empate ante Boca, se cambiaron por furiosos cánticos para pedir más ‘huevo’ y para tratar de hacerles entender a los jugadores que tienen en sus pies más de un siglo de historia.
Después de que Brian Sarmiento marque el 1-0 para All Boys el famoso “A ver si ponen huevos que no juegan con nadie”, comenzó a adueñarse del clima del partido. Poco después el tono amenazante comenzó a subir: “Jugadores, jugadores, no se lo decimos más, si nos mandan al descenso, que quilombo se va a armar”.
Pero desde la popular faltaba un capítulo. El cántico más agresivo llegó cuando entonaron el famoso “Me parece que el rojo no quiere ganar, tiene ganas, tiene ganas de cobrar”, cuando advirtieron que el equipo no iba ni para atrás ni para adelante en el espantoso rendimiento colectivo e individual.
Si bien es entendible el enojo de la gente, el colgarse del alambrado no suma para nada en esta pelea que tiene Independiente con el descenso. Un problema más que advierta una nueva suspensión al Club podría acarrear la quita de puntos. Y creo que, aquel que ama a la Institución, sabe que eso podría ser condenatorio.
Igualmente el duelo en la propia hinchada, entre los que insultan y los que apoyan al equipo, seguirá ocupando un lugar primordial en cada partido que le toque jugar a Independiente.
Recemos que solo quede en tapar el canto del otro y no termine en violencia, que todos sabemos, no va a llevar a la salvación de Independiente pero sí a la condena de bajar.
