Federico Insúa contó su versión respecto de la decisión de separarlo del plantel. Pese a que mostró su disconformismo con el entrenador y sus formas, intentó ser respestuoso del cargo y también de los dirigentes: “Tomaron una decisión, para mi, injusta”.
Tras conocerse la decisión de la comisión directiva de separarlo del plantel de primera división y mandarlo a entrenar con la Reserva, Federico Insúa contó su versión y explicó su situación: “Tomaron una decisión, para mi, injusta. Pero hoy me toca entrenar con Gabriel, con los chicos de la reserva, y para mi es un orgullo”.
“Mis compañeros me llamaron, hoy se acercaron a saludarme al vestuario y a darme su apoyo y la verdad es que me pone muy contento tanto cariño. Pero yo les pedí por favor que no se metan, que piensen en el partido de mañana y ganen, que es lo que importa. Lo mío se verá como se resuelve”, agregó, en diálogo con Fox.
Permitiéndose ser lo más medido posible, el enganche opinó respecto de la actitud de Jorge Almirón hacia él, durante el campeonato, y ante esta situación particular: “Desde julio a hoy, el DT debería haber tenido otro trato y no debería permitir estas cosas como cabeza de grupo. Pero yo no estoy enojado con él, ni con los dirigentes. Si no hice nada mal. Lo tomo con naturalidad a esta altura de mi carrera. Queda en evidencia de que esto no es futbolistico, y me deja tranquilo”.
“No fui a hablar con él, porque en 17 años de carrera creo que hay formas de comportarse. Él, como cabeza del grupo, debería ser quien me lo comunique. Si, podría haber ido yo a hablar con él, ¿pero qué me iba a decir o qué le iba a decir? Si no tuvo fuerzas para marcar su terreno, no iba a poder agregarme nada. Se lo dije cuando llegó. Ojalá te vaya bien, porque si te va bien, me va bien a mi, le va bien al Club, le va bien a todos. Cero reproche”, agregó.
Sin embargo, el jugador remarcó una y otra vez que está en condiciones de tener mayor participación en el equipo: “Yo soy consciente que no tengo 22 años, pero soy el jugador que hace 3 meses ascendió, que hace un año salió campeón jugando una gran final. ¿Qué no estaba para todo el partido? Puedo aceptarlo. Que juegue Pizzini y Pisano, claro, porque son grandes jugadores y lo demuestran. Que juegue Rolfi, que es un gran jugador, por supuesto. Vino Lucero, vino Riaño, perfecto, porque suman. Pero tuvimos partidos, tuvimos la Copa. No creo estar tan mal como para no tener ni siquiera un partido, pero yo con este muchacho no tengo ningún problema”.
“Yo no estoy enojado con este muchacho; digo que tiene que marcar su terreno. Si me decía de entrada que no jugaba, lo respeto, íbamos para adelante. Pero el respetó me lo gané en la cancha, en mi carrera, con mis colegas. Las cosas en el fútbol son más sencillas de lo que parecen. Era venir y decírmelo en junio y lo íbamos viend. Almirón tiene sus formas. No está bien que el técnico no me lo haya dicho, porque él es el entrenador y le corresponde. No estoy enojado con él ni con los dirigentes; pero acá quería dejar claro que futbolistico no era esta situación”, añadió.
Insúa se refirió a la situación puntual que determinó la decisión, a su contrato y a lo que sigue de ahora en más: “El jueves comimos un asado, estaba el DT, algunos dirigentes. Estaba Jorge Damiani, que no me habló. Yo estaba convocado y cuando llegué a mi casa, Damiani me llamó por teléfono para contarme de esto. Me lo podría haber dicho en persona, pero bueno, pasó. Yo no cometí ningún pecado. Deposité un cheque, porque si no lo hacía, después eso lo perdía”.
“Con mi contrato se supieron los valores, algo que no me gusta, sobre todo por el momento del país, por la inseguridad. Pero ok, se supo. No tengo problema en hablar de dinero. Firmé un contrato que era alto, por eso cuando ascendimos fui y me acerqué para bajarlo, porque entendía la situación del Club. ¿Cómo van a decir qué no acepté bajarme el contrato? Rolfi y yo, en diferentes situaciones, actuamos de la misma manera. “Que Maldonado diga lo que quiera. Rolfi es mi amigo; los dos queremos al Club. Los dos tuvimos la misma actitud”, agregó en respuesta a declaraciones de Héctor Maldonado, que aseguraban que el mediocampista no había aceptado éste pedido.
“Cuando llegué, tenía una deuda importante, de mi último paso. Y acepté cobrar solamente el 15% de esa deuda, porque mi tema no es la plata. Yo vine por el cariño que le tengo al Club, a la gente. Por el desafío y para cumplir el objetivo de ascender a primera división, que pudimos hacerlo. Estaba muy cómodo y elegí abandonar esa situación de comodidad, porque entendí que podía aportar”, agregó.
Por último, dijo que, pese a la incomodidad, se siente a gusto de poder trabajar con Milito: “Estoy feliz y orgulloso de que me entrene Milito. Es mi amigo, fuimos compañeros, somos de la misma categoría, nos conocemos de chicos. Y lo tomo con toda la responsabilidad, porque me toca entrenar con chicos que tienen que tener un espejo, para ver como hay que entrenar, como hay que comportarse. Para mi es importantísimo, a esta altura de mi carrera”.
