Después de una derrota molesta, el plantel debe fortalecerse puertas adentro para sacar adelante la serie contra Lanús.
Cuando un equipo viene en alza, con un invicto largo y un rendimiento en crecimiento, una eventual caída resuena aún más. Es el caso de Independiente, que no perdía con nadie y ahora, luego de la dolorosa derrota 3-2 con Huracán, pareciera ser el peor equipo de la Copa. Pensar y afirmar algo así es descontextualizar totalmente el presente del equipo, por ignorancia o malas intenciones.
El primer atacado es Lucas Pusineri. Desde que llegó a fines de 2019, el entrenador sufrió las partidas de Nicolás Figal, Nicolás Domingo, Pablo Pérez, Gastón Silva, Leandro Fernández, Juan Sánchez Miño, Martín Campaña, Lucas Albertengo y Cecilio Domínguez, y la dirigencia apenas incorporó a Federico Martínez, Sebastián Sosa, Lucas Rodríguez y Ezequiel Muñoz, de los cuales el último está lesionado. Con algo de suerte, la comisión directiva logró retener a Silvio Romero y Alan Franco.
Bajo este contexto, ¿qué director técnico puede lograr algo bueno? Sin embargo, Pusineri lo estuvo haciendo. Desde que volvió el fútbol, el Rojo estuvo invicto durante once partidos, de los cuales ganó seis y empató en los cinco restantes. Sacando de lado los resultados, el equipo llegó incluso a incrementar su nivel, metiendo goles de suerte en los primeros encuentros y haciendo otros de jugadas más elaboradas con el correr de los cotejos.
¿Hay que recordar los primeros partidos con Atlético Tucumán por la ida de la Segunda Fase y con Central Córdoba por la primera fecha de la Copa Maradona? Apenas se hicieron dos goles, de los cuales uno fue de penal y el otro en contra.
Sin embargo, en aquellos días el equipo logró eliminar a Atlético Tucumán, que en el ámbito local ganó los seis partidos en su grupo. Con Lanús, que eliminó de forma heroica al San Pablo de Dani Alves, el Rey de Copas estuvo a punto de ganarle, pero la falta de precisión en los últimos metros no se lo permitió. Vale recordar, en este punto, que al Decano logró marcarle el primer tanto de forma elaborada cuando se disputó la vuelta, en Tucumán.
Junto a este último ejemplo, tenemos otros como las anotaciones de Jonathan Menéndez y Alan Velasco a Colón, Alan Soñora a Defensa y Justicia, o el propio Silvio Romero a Fénix, que rememoró un poco aquel gol de Emmanuel Gigliotti a Nacional en 2017.
A todo esto, hay que sumar que 17 de los 28 futbolistas que utilizó Lucas Pusineri hasta el momento son llegados de la Reserva, y que once de los catorce que jugaron con Huracán pertenecen a esos 17. ¿Entonces puede una derrota así tapar todo lo bueno que se viene realizando?
Lo que pasó en el Tomás Adolfo Ducó duele, de eso no hay dudas, pero lo peor que se puede hacer es creer que esto tira abajo todo lo hecho hasta el momento. Estos encuentros son los que deben servir para analizar y corregir los errores, de esa forma se podrá construir y seguir adelante.
