Antes del inicio del torneo, Américo Gallego manifestó que Independiente sería candidato al título si lograba ganar siete de los primeros nueve puntos. Hoy, un día después de la tercera jornada del Clausura 2010, su equipo acumula cinco unidades, pero la sensación es que hay equipo para llegar a la gloria.
Ante Newell’s, en Rosario, Independiente no brilló pero mereció la victoria. Fue más que el último subcampeón del fútbol argentino, pero falló en los últimos metros, algo que no sucedió frente a Atlético Tucumán, al que se venció bien tras un flojo primer tiempo.
Contra Godoy Cruz el papel del Rojo fue muy bueno. Los muchachos del Tolo fueron ampliamente superiores a un conjunto que llegaba agrandado y con puntaje ideal, pero nuevamente el fallo estuvo en el último toque, en el pase a la red. Es el primer gran punto a solucionar con urgencia.
Pese a haber sido el equipo más efectivo en el torneo pasado, en este campeonato, de tres partidos, no pudo convertir en dos, algo preocupante. Y bastante tiene que ver el bajo nivel con el que arrancó Darío Gandín, autor de 10 tantos en el Apertura.
El Chipi, con la cinta de capitán a cuestas tras la lesión de Carlos Matheu, no encuentra el nivel del año pasado y no logra pesar en los últimos metros. Tiene el arco cerrado y el Rojo lo siente mucho. La vuelta de Martín Gómez, quien ya está para jugar, puede ser una buena alternativa para acompañar a un Andrés Silvera que está enchufado.
Otro de los temas a resolver son las bandas. Walter Busse y Federico Mancuello no terminan de convencer y son los primeros fusibles que Gallego hace saltar cuando los resultados no se dan, dándole vía a Leandro Gracián y a Patricio Rodríguez siempre en el complemento. ¿Seguirá de la misma manera el Tolo o arrancará directamente con Patito y el Tano? Otro aspecto a revisar.
Más allá de los interrogantes que aún debe resolver el entrenador, la sensación que dejó el inicio es que Independiente es serio candidato a pelear, que tiene con qué, que hay recambio y una notoria y muy satisfactoria vocación de siempre ir a buscar el partido. Es cuestión de afinar la puntería y que la fortuna también acompañe un poco. Pero se puede.
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