La llegada del Segundo refuerzo al Rojo ha dejado al descubierto un sinfín de problemas económicos, pérdida de solvencia, de prestigio y hasta una serie de errores que provocaron varios tropiezos en la materia.
Hay que arrancar, es justo y necesario, entendiendo la herencia que dejaron como huella delincuentes pasados. Ese tendal hoy explotó a tal punto que no parece poder controlarse. Independiente no tiene dinero para afrontar nada. Independiente, como ya informó su máxima autoridad, tratará de no endeudarse más. Independiente quiere volver a ser prolijo y para eso hay que sufrir. Pero también trabajar, en serio y mucho.
Esta comisión encabezada por Javier Cantero ha mostrado gestión en muchos aspectos y algunas ideas que han conducido al mejoramiento dela Institución. Sin embargo, en materia de fútbol ha tropezado y los resultados se ven.
Erró mucho en el mercado de pases. Son contados con los dedos los refuerzos propiamente dichos. Vargas, retener a Farías, Montenegro, traer a Gallego y Morel Rodríguez, fueron los aciertos. En la vereda de enfrente aparecen Russo, Zapata, Rosales. Y la tardanza de Leguizamón y Santana, por sus lesiones cuenta más como deuda que como aprobación.
No obstante, para este semestre el primer paso que se intentó dar fue conseguir un cupo para una tercera incorporación. Muchos se enojaron cuando el no fue una respuesta. Lo cierto es que antes de haber hecho el pedido se hubiese pensado en nuestra realidad. Hoy no podemos traer a dos.
La llegada del Rolfi fue la gran noticia. Pero hasta hoy es la única. Y ahí es donde surgen las críticas. La lista de nombres siempre es extensa, pero el Rojo esta vez manejó muchas posibilidades y dejó pasar una por tirarse a la pileta. Independiente tendría que haber cerrado la transferencia de Carlos Buenos y no lo hizo por embarcarse en el crucero Dorlan Pabon o naufragar como lo hizo con el uruguayo Cauteruccio. Lo de Carlos Núñez es una apuesta y lo de Caicedo es más problemas y trabas para alimentar otra novela. Papelito Fernández suena utópico pero, todavía, creo en la marca Independiente. Sí, esa que muchos intentan destruir y otros no saben defenderla.
De todas maneras confío en que las cosas saldrán bien. Quiero creer. Aunque el margen se acabó y sólo queda mirar arriba para no caer. Obviamente no se admiten errores, de los cuales estamos plagados, yla CDtendrá que sí o sí cumplir con una de sus dos promesas, traer un refuerzo más. La otra es imposible, la pretemporada ya expiró y el domingo arranca el viaje más estresante de nuestra historia.
