Matías Pisano entró en el segundo tiempo ante Quilmes, con el duelo empatado, y fue la figura indiscutible del encuentro. Sin dudas, merece ser titular en la próxima fecha ante River en el Monumental.
El Enano, que arrancó contra Belgrano y Atlético Rafalea y tuvo buenos rendimientos, luego fue relegado por un cruce con el técnico Jorge Almirón. A partir de ahí, siempre fue suplente y su lugar lo ocupó Rodrigo Gómez. Ayer, el que ocupó el lugar en la banda y tuvo una pésima noche fue Gabriel Vallés y el entrenador buscó con Pisano cambiar el rumbo del partido con Pisano. El número treinta y dos no defraudó y fue el mejor.
Desde un principio, se mostró rápido y comprometido a ser la llave para desequilibrar por el costado derecho del ataque Rojo. Así fue que recibió de Daniel Montenegro, encaró y generó el segundo penal para el equipo. Luego, remató desde afuera del área. De un rebote de ese remate llegó el tanto de Claudio Riaño. Y, para completar, envió el centro que terminó en el segundo grito de Riaño. Determinante.
Es entendible la idea de Almirón de que tanto él como Francisco Pizzini ingresen en los complementos para imprimirle otro ritmo a Independiente y cambiar las cosas. Pero lo de Pisano está siendo demasiado bueno: también fue clave ante Olimpo y Banfield, con asistencias a Sebastían Penco y Federico Mancullo respectivamente. El técnico no puede seguir regalando las primeras partes, esperando solucionar siempre después de los entretiempos. Quizás Pizzini sí pueda esperar en el banco, pero no el Enano. Contra el puntero, en lo que podría ser un encuentro determinante para el futuro del Torneo de Transición, Pisano deberá ser titular y demostrar que está para quedarse con el puesto.
