Independiente cayó 3-0 con Boca en el último clásico veraniego. Así se despidió sin hacer goles, con dos derrotas y un empate. Para los de Bianchi, que consiguió su primer triunfo desde su regreso, marcaron el Burrito Martínez en dos oportunidades y el uruguayo Silva. El segundo tiempo dio preocupación de equipo golpeado.
Arrancaron con todo los dos. El partido fue ganando en intensidad y se fue poniendo cada vez más áspero. Ojo!, el fútbol estuvo presente desde el comienzo también. Ya al minuto y medio una jugada a puro toque entre Eduardo Tuzzio, Ernesto Farías, Daniel Montenegro y Leonel Miranda derivó en la primera llegada a fondo del encuentro. Tranquilamente se pudo haber convertido en la apertura del marcador, pero no fue así.
Boca sintió el golpe y tardó en emparejar. Encima, el Rojo parecía estar afilado. Tras una buena jugada por izquierda, los del Tolo contaron con un tiro libre a su favor que finalizó con un remate ajustado de Tuzzio. Sin embargo, de a poco los dirigidos por Bianchi intentaron crecer. Y lo hicieron.
El Burrito Martínez era “el” hombre de Boca. Resaltó entre todos sus compañeros. Se cargó todo el ataque y fue encontrando espacios. Claro está que los primeros avances contra el arco de Hilario llegaron por alto. Magallán, el defensor central que debutaba, ganó dos veces gracias a su porte y su buen salto. Primero encontró el travesaño y, luego, fue el uno del Rojo el que le aguó el grito de gol.
Recién iban 12 minutos de partido. Gallego y Bianchi estaban preocupados por ciertos aspectos débiles de su equipo. Sobre todo en la defensa cuando el equipo rival intentaba dañar por las bandas. Sin embargo, otra vez los del Tolo comenzaban a dominar. La pelota fue del Rojo durante la gran mayoría del primer tiempo, pero la falta de gol fue una vez más lo que resaltó.
La sociedad entre el Rolfi y Farías más el aporte por las bandas hacían de Independiente un equipo temible al que siempre le faltó la estocada final. Lo tuvo el 10 con un buen remate. Más tarde fue Godoy quien casi marca llegando como 8 clásico. Fue tan clara esta acción que Caruso salvó en la línea a Boca. Ya había pasado la primera media hora de juego y parecía que, de haber un ganador, serían los de Avellaneda. Error.
44 minutos, lateral indefenso en ataque para Boca. La pelota cayó en los pies del Burrito que arrastró a Velázquez por todo el frente del área y en cuanto tuvo el hueco, metió un zurdazo rasante que quedó muy lejos de la estirada de Navarro y marcó la diferencia en el marcador. Con este gol los de Bianchi se fueron al descanso con el resultado a su favor.
Ni bien empezó el complemento se pudo ver que los protagonistas bajaron en intensidad. Recién a los 8 minutos se vio una hermosa conexión entre Montenegro, Farías y Ferreyra. El remate del Malevo no fue esquinado y cayó en las manos de Orión. Al toque, el zurdo metió un buen centro que terminó con un cabezazo desviado e impreciso de Tula.
Boca aprovechó su diferencia y la cuidó. Se refugió y tapó bien los costados de su defensa para no pasar zozobras. Y lo logró. De a poco el Rojo se fue apagando y recaía en el centro inofensivo que nunca dañó a su rival. Los xeneizes, por su lado, en ataque encontraban espacios en la última línea de Independiente, aunque tampoco supo cómo lastimar, más allá de algún remate desde lejos de Paredes o alguna apilada del Burrito.
El Rolfi alejado de la pelota, Farías sin asistencias, algunos cambios del Tolo que no tuvieron el efecto deseado y la clara certeza que falta gol y recambio en ataque. Para colmo, cuando faltaban cinco minutos para el cierre una corrida de Martínez terminó en el segundo gol del partido que aseguró el triunfo de Boca. La jugada previa fue elogiable. Pase tras pase para generar los espacios y aprovechar el mano a mano para depositar la pelota en la red.
Así las cosas, los minutos restantes parecían irse sin nada más. Sin embargo, Tula y Velázquez se encargaron de regalarle el tercer gol a Silva. El tanque no dejó pasar la oportunidad y tras la falla de los centrales tomó la pelota, encaró a Hilario y ante su salida definió por arriba.
El Rojo se despidió del verano con dos derrotas, ante River y Boca, y un empate ante Racing. Lo más preocupante que en ninguno de los tres partidos pudo convertir siquiera un gol. Lo que irrita y da angustia es que el refuerzo en ataque sigue sin aparecer e Independiente parece encaminarse a una dependencia total del Rolfi y Farías, justo en este semestre.
