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Volver a casa

hinchada libertadores

Llegó el día. Ahí estaremos, ocupando esa tribuna de siempre. Tratando de acomodarnos y formar parte de ese todo que es la hinchada de Independiente.

Volveremos a transitar la calle Alsina, con la ilusión de gritar lo más fuerte posible nuestro amor por la camiseta, por el club y también para alentar al equipo. Porque para salir de esta se necesita de todos. Y vos, yo y muchos más vamos a estar en el Libertadores de América, este sábado en la noche, para aportar lo nuestro.

La noche promete y mucho. Enfrente un rival de temer, pero nosotros somos Independiente y eso hay que hacerlo valer. Sobre todo en casa. Y ahí está el foco de estas palabras… Casa, ex Doble Visera, nuevo y renovado Libertadores.

De a poco se irá llenando de hinchas, expectativa y emoción. La salida del equipo será ovacionada con el himno que arranca con esa frase tan hermosa: “Rojo, mi buen amigo”. Lo pienso, lo recuerdo y no veo la hora que empiece la fiesta.

El grito ensordecedor y uniforme. La emoción y los nervios desbordando las miles de gargantas. Los brazos bien altos agitando al mismo tiempo para crear ese movimiento coreográfico que invita y contagia a cualquiera.

Las cábalas. La remera de siempre. Ese gorro que comprás antes de entrar para estar al tono. La ansiedad de saber que vas a ver de nuevo al Rojo de tus amores y con la gente que está a tu lado en todas y en esta no falla. Pisar el cemento de las tribunas, copar cada silla de la platea. Orgulloso de tus colores, de la historia e, inclusive, del presente.

Por eso, que la lluvia no te detenga. Hoy tenemos que desbordar cada rincón del estadio para que el mundo entienda que “dejo todo y me voy al ver Rojo”. Porque “toda la vida junto a vos… En las buenas y en las malas mucho más”.

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