Independiente empató con Olimpo y dejó pasar una chance inmejorable de meterse en la zona de clasificación a la Copa Libertadores. El equipo tuvo que conformarse con una igualdad que de poco sirve. A continuación, analizamos una por una las claves del empate.
Equipo desdibujado: A Independiente le costó el partido desde el comienzo. Recién tuvo audacia y coraje en los últimos minutos, pero lo cierto es que gran parte del encuentro se jugó como si el triunfo no importara. Se encontró con la apertura del marcador, y desde ahí hasta los últimos minutos, no generó absolutamente nada.
Flojo cambio: Cuando Independiente más necesitaba de jugadores con vertiginosidad y habilidad, Ariel Holan decidió sacar de la cancha a Martín Benítez para que ingresara Maximiliano Meza. Con Nery Domínguez y Walter Erviti, al equipo le faltó aceleración en tres cuartos. Quizás por eso se vio a un Frabricio Bustos tan encendido. Cumplió un rol que no debería, pese a que lo hizo muy bien.
Falta de remates: Cuando Independiente ataca con mucha gente, parece muy punzante y peligroso. Pero no define… Arman jugadas excelentes, aparecen jugadores por sorpresa en las bandas, pero increíblemente lo que parece una gran ocasión de gol, termina diluyéndose de forma llamativa. Tienen que sacarse el pudor de patear al arco, revolcar al arquero.
Entró en la fricción: En el segundo tiempo, luego de que Olimpo igualara las cosas, el partido empezó a jugarse con muchísima intensidad, que por lógica y a justo beneficio del equipo visitante, desencadenó en fricción tras fricción y corte sistemático de las jugadas. Y eso a Independiente, en ese momento, no le sirvió. Y tampoco pudo salir de esa situación. Una pena, porque con la mente en el arco y no en otra cosa, se podía.
Algo displicente: Si bien desde el comienzo el equipo no anduvo muy bien, siempre estuvo latente esa sensación de que “llega el gol en cualquier momento”. Y llegó. Y fue tan sorpresivo, incluso para el rival, que se generó en cancha una sensación de partido liquidado algo preocupante. Independiente empezó con ese toqueteo intrascendente, y lo pagó caro.
Buen fragmento final: Independiente quiso hacer en veinte minutos lo que no hizo en todo el resto del partido. Y está muy bien ir a buscar el encuentro, incluso cuando no se tuvo un buen rendimiento. Pareció el empuje que tuvo contra Huracán, aunque esta vez sin final feliz. Ariel Holan contagia eso: ganas y convicción. El mensaje tiene que durar todo el partido.
