Emiliano Rigoni bajó considerablemente su nivel y el equipo lo siente. Arrancó el semestre siendo determinante y su labor se fue desvaneciendo partido a partido.
Comenzó el torneo convirtiendo grandes goles a Lanús, Belgrano y Quilmes, pero la serie ante Chapecoense fue un cachetazo para Rigoni. Desde allí el cordobés, de gran técnica y desempeño, entró en un pozo de rendimiento muy pronunciado. No es punzante, no desborda ni gana en velocidad, no tiene remate, equivoca en las elecciones y falla en los tiros libres. Ante Temperley, hasta pareció displicente.
El ex Belgrano es, sin ningún lugar a dudas, de los mejores futbolistas del plantel. Cuenta con una habilidad envidiable, pero que hace cinco encuentros no aparece y hoy su despliegue es digno de perder la titularidad.
Deberá recuperar la confianza que lo llevó a ser indiscutido. Para un correcto funcionamiento, Independiente necesita al mejor Rigoni.
