Ni bien terminó el partido Miguel Angel Brindisi salió a respaldar a sus dirigidos, aunque se lo notó agotado, desilusionado y dolorido por vivir esta locura. Resaltó a los pibes del club y siguió su camino.
“Se fueron dejando todo los chicos. Me siento orgulloso de eso. Se jugó contra un aspirante al título”, reconoció el DT de Independiente y evitó hablar del descenso. Se preocupó por darle ánimo a sus futbolistas, aunque claramente estaban destruidos.
En cuanto al partido reflexionó: “Fue de ida y vuelta”. Tal como se había hablado en la semana. De palo a palo y ahí ganó la contundencia del local, River. Claro que a la salida del vestuario sus declaraciones fueron más contemplativas a la situación y el DT evitó en ellas dar por consumado algo que aún no está por cuestiones de tiempo.
“Hay que trabajar en todo, obviamente, el equipo se siente y quedó golpeado. Siempre digo que uno se queda mal si no entregó todo y los muchachos lo dieron ante River. Como conductor que soy, es un reconocimiento a todos ellos, es una situación difícil. El lunes hay que volver a trabajar, obviamente, tiene que haber un dolor pero hay que reponerse de eso”, dijo Brindisi y realizó un paralelismo con la Institución de Núñez: “Hace un año y medio en este lugar era una tragedia. Los mismos jugadores volvieron y hoy ostentan la posibilidad de ganar el campeonato”.
En referencia a la situación afirmó: “La derrota complica mucho más las cosas. Estamos todos juntos. Uno tiene que hablar con la realidad por más que sea cruda. Hay un gran margen de riesgo. La posibilidad se achicó pero no vamos a bajar los brazos”. Y dejó un mensaje: “Las lágrimas son de dolor, hay que tenerlo, somos seres humanos. Pero hay que revertirlo. Hasta el último instante vamos a estar enteros, con la cabeza alta”.
