Con la derrota de Godoy Cruz en su visita al Monumental de Núñez e incluso antes que juegue Argentinos Juniors ya hay una certeza en Avellaneda: Independiente depende de sí mismo para ser campeón. Aún le resta visitar al Bicho en La Paternal y, en caso de llegar en igualdad de puntos con Estudiantes, se definiría en una final.
Cuando todos daban por muerto al equipo de Gallego, el Rojo pisó fuerte y mostró contundentemente sus pretensiones de campeonato llevándose tres puntos de oro del siempre complicado Florencio Sola. La victoria contó con el plus del buen juego, porque Independiente fue superior a su rival incluso en el segundo tiempo cuando las piernas pesaban y el Taladro se venía a puro centros al área de Gabbarini.
Párrafo aparte para el arquero de Independiente, que en dos atajadas demostró que está por encima de la media de los porteros del Clausura. Quedan cuatro finales y depende exclusivamente de nosotros, y debemos estar más firmes que nunca. Presentes como los que se acercaron a la caravana y al estadio, como los que pusieron su corazón en cada televisión y en cada radio a lo largo y ancho del país y del mundo.
Nos seguirán poniendo piedras en el camino, nos tirarán de todos lados porque el Rojo le incomoda a todos, pero ahora más que nunca hay que estar unidos y tirar para adelante. Independiente para todos, aunque nos lleven la contra.
