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Tata Martínez fue titular ante Banfield.

Este es el aguante

Tata Martínez fue titular ante Banfield.

Independiente consiguió el triunfo que necesitaba ante Banfield sacando ventaja en un primer tiempo correcto y aguantando en todo el complemento. A veces, hay que saber resistir.

Que si jugó bien. Que si jugó mal. Que si lo mereció. Que si se llevó mucho premio. Que si lo beneficiaron con el penal. Que si Carlos Tevez lo planteó bien. Que sí, que no… Independiente sacó adelante un partido límite por el contexto y por el escenario sacando ventaja de un primer tiempo correcto y aguantando en el segundo ante un Banfield que nunca supo cómo atacarlo y que quedó enroscado en sus nervios y en los de su gente.

No, no jugó bien el Rojo. Pero tantas veces se le escaparon puntos aun jugando bien… Sí, la jugada del agarrón a Joaquín Laso es discutible, pero tantas veces lo perjudicaron en el último tiempo y por eso perdió porotos importantes que hoy lo tendrían en una posición más cómoda en la tabla y no contando las moneditas para llegar a fin de mes. Sí, se llevó un premio justo Independiente del Florencio Sola porque en un partido cerrado fue el que acertó y luego, dentro de una noche chata, hizo florecer su carácter para resistir.

Y esta vez sí, Tevez leyó bien desde el banco, también cuando Julio Falcioni intentó engañarlo cambiando el ataque en su formación inicial. Carlitos tenía un plan con cinco atrás, pero al no jugar Bruno Sepúlveda desde el arranque en el local, quedaba Milton Giménez prácticamente como único punta y al Diablo le sobró automáticamente un central.

A los 5 minutos, Tevez ajustó los engranajes con pequeños movimientos que modificaron la silueta de su equipo. El 5-2-3 mutó así a un 4-2-3-1, con Mauricio Isla sumándose a la línea de volantes, Lucas González corriéndose al centro y Juan Fedorco moviéndose hacia el lateral derecho. Por allí, el ex Nueva Chicago contuvo muy bien a Gerónimo Rivera.

Se jugó una patriada el Apache en la previa. Cambió medio equipo con respecto al empate con Atlético Tucumán y apostó todo a “morir con la suya”. Con el esquema que él más prefiere (y que menos usó) y con nombres que vinieron en su ciclo, como los resistidos Jhonny Quiñonez y Adrián Spörle. Independiente no creció en juego, pero se plantó bien y entendió, al menos, que era momento de hacerle honor a la frase del Himno del club cuando dice “de pierna fuerte y templada”.

En el fútbol hay partidos que se juegan y partidos que se ganan. Alguien preguntará, con lógica, “¿cómo se gana sin jugar?”. Pues bien, como lo hizo el visitante en Peña y Arenales en la noche del viernes, aprovechando la inmejorable situación que tuvo frente al arco de Barovero y, ante la falta de espacios y de fluidez (por incapacidades propias y por un rival de propuesta defensiva), apelando a no ir más allá de sus limitaciones.

Es cierto que en el complemento Banfield, obligado por el resultado adverso, adelantó sus líneas y el Rojo se replegó. Intentó darle de su propia medicina Tevez a Falcioni, con dos líneas de cuatro y Saltita de segunda punta con Gabriel Avalos. Lo positivo fue que casi no pasó momentos de sufrimiento Independiente. Rodrigo Rey tapó un tiro libre y luego hubo un cabezazo de Insúa que pasó cerca del palo tras un tiro de esquina. Dos pelotas paradas y nada más fue la escasa producción del Taladro.

Este es el aguante. Para nada vistoso. Para nada recomendable como filosofía de juego. Pero necesario en momentos calientes en los que hay que proteger el tan necesitado triunfo con garra, corazón e inteligencia. A veces y sólo a veces, aguante el aguante.

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