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La reconquista de América

Incontables veces lo soñamos, lo palpamos de forma tan real que hasta despertábamos creyendo que era todo parte de la realidad, pero no, no era así, era todo a tono de una historia añeja, una historia que hablaba de copas, de mística, de orgullo. Épicos relatos de nuestros viejos, de nuestros abuelos, que con el afán de contagiar esa estirpe, bendecían sus ojos con lágrimas y acababan por dilapidar nuestra alma de niños impunes e inquebrantables.

Hoy, tiempo después, tuvimos la chance de tocar una parte del cielo con la Sudamericana, pero ahora queremos sentirnos dueños totales de América, ir por esa belleza bañada en plata que se autobroncea cuando le hablan de Independiente. Ese aire de Libertadores nos vuelve más diablos que nunca, los dueños del infierno más irresistible de todos, ese mismo que aguarda en Alsina y Bochini a la espera de aquellos que quieran presentar batalla.

Y vaya que esta vez el invitado será un viejo y conocido: Peñarol. Ese equipo que se autodenomina el mejor del “milenio”, pero que se olvida de la grandeza del Rojo; entonces, será tarea invitarlos a conocer el nuevo templo del Diablo y sacarle las ganas de volver a jugar con el Rey de Copas. No es joda, la mística existe y, cuando se trata de copas, esa camiseta roja transpira sola, contagia, quema la piel e inyecta de confianza, deseo y fe el alma y corazón de cada uno de sus portadores.

El Rey se hizo camino al andar, echó su fama, regó los continentes con su gloria, elevó al país con su grandeza. Se durmió una siesta, entró en trance, sucumbió en las tinieblas y despertó para ser más gigante que nunca. Conquistó un nuevo amor, pero su corazón le marca el camino de la reconquista de América. La vieja dama de plata lo espera, allá a lo lejos, oscura y sedienta de pasión.

Abrís tu placard y ahí la ves. Fulgurante entre otras ropas, con el brillo de siempre pero el perfume de pocas veces. Ella sabe de qué se trata; se despliega por el aire y calza sola en tu piel. No trates de acomodártela a tu antojo, porque esa camiseta roja entiende a la perfección cómo y dónde relucir, a quien cegar con su resplandor y en qué momento obedecer a su historia y renacer ese aire místico que sobrevuela sobre su escudo.

Lo vivieron ellos, hasta esos relatos se convirtieron en los mejores cuentos para tener los más fantásticos sueños. Te pusieron videos, te mostraron tesoros en forma de revista pero, lejos de convecerte y conformarte con eso, redoblás la apuesta. La historia debe continuar. Siete ya no alcanzan…nada alcanza cuando se trata de ella, de esa lujuria llamada octava maravilla. Es hora de ser parte de esa maravillosa historia. Volvé a soñarlo, volvé a cumplirlo…

Capítulo I

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