Independiente se quedó eliminado de la Copa Sudmaericana. Ahora, en el desarrollo del partido en sí, ¿No se perdieron 45 minutos sin Fernández y Pozzo, que eran de lo mejor, últimamente?
Una eliminación triste. Sin causarle daño a un rival, al que tenías que ganarle por dos goles de diferencia, mínimamente. Independiente no supo generarle peligro. No sabía como entrar. Puntos bajos individuales y un funcionamiento para el olvido, hablando colectivamente. Ahora, en el análisis, vale cuestionar la decisión de Eduardo Domínguez, en hacer cambios inesperados cuando se venía consiguiendo una producción ofensiva interesante. ¿No era conveniente mantener?
Independiente cayó 2 a 0, de local, ante el Ceará y quedó eliminado de la Copa Sudamericana. En la previa del partido, a todos les sorprendió las modificaciones que había determinado el DT para dicho encuentro. Sorprendieron porque sacó a los de mejor actualidad. Y así le fue…
Leandro Fernández y Tomás Pozzo. Eran dos jugadores que debían ir de entrada. De lo mejor de Independiente en los últimos partidos. El Rojo no podía regalar tiempo y regaló 45 minutos. En sus lugares estuvieron Damián Batallini y Andrés Roa.
Batallini, en el primer tiempo que jugó, no pateó al arco. Tocó la pelota 35 veces. Ganó 5 de los 9 duelos individuales y perdió la posesión en 15 oportunidades. Pozzo, quién lo suplantó en el segundo tiempo, disparó una sola vez y tocó la pelota 55 veces. Completó 6 de gambetas producidas, ganó 10 de los 15 duelos individuales y también perdió la posesión en 15 oportunidades. Además, se conectó bien con Leandro Fernández. Le cambió la cara.
Roa, por su parte, que también jugó solo el primer tiempo, tocó la pelota 29 veces y no disparó al arco. Ganó 2 de los 4 duelos individuales que tuvo y perdió la posesión en 6 ocasiones. Leandro Fernández, quién lo suplantó en los segundos 45 minutos, disparó 3 veces al arco. Además, tocó la pelota 36 veces, ganó 3 de los 6 duelos individuales y perdió la posesión en 16 oportunidades. Está claro, la intrascendencia vs el que agarró la pelota y se animó a jugar.
