Miguel Ángel Brindisi es el nuevo director técnico de Independiente. Américo Gallego tuvo que partir luego de obtener tan solo el 37 % de los puntos en disputa; muy por debajo de su promedio histórico de 55,70 por ciento y de lo que necesitaba el Rojo para salir de la zona de descenso.
A esta altura no voy a hacer leña del árbol caído, pero sí lo despido con un sabor amargo. Si bien reconozco que lo pedí –al fin y al cabo, en su último paso había sumado puntos-, nunca me gustó que generara tanto revuelo. Y creo que fue lo que terminó por desgastar a un equipo que no da pie con bola. Hablo de más, se peleó con jugadores, incomodó al Presidente, se hizo expulsar en los partidos; un día un jugador era capitán y la semana siguiente iba al banco. Mucha confusión dentro y fuera de la cancha.
Ahora a Miguel le toca comandar estas 10 finales. ¿Qué tiene a favor? Que empieza de cero. Que no está peleado con parte del plantel. Y que está jugado; en ocasiones, ir de punto es una ventaja y permite dar el batacazo.
Que opera en nuestro favor:
1. Que ninguno de los rivales directos por la permanencia sacó siquiera el 50 % de los puntos en disputa en el torneo actual. Su tendencia negativa mostrada en el certamen anterior continúa. Y gracias al pobre desempeño del resto es que Independiente sigue con chances de zafar.
2. Que el Rojo enfrentó a los equipos más difíciles en este 2013 –sus rivales sumaron 116 puntos-. Por el contrario, Quilmes jugó con los que en teoría son más accesibles –sus rivales sumaron 99-. Esto quiere decir que en la recta final, el Cervecero tendrá que acelerar sobre piedras.
De la fecha pasada tenemos que festejar las goleadas en contra de SL y QL. Ojalá hayan minado la moral del plantel.
En la jornada próxima, además de la victoria diabla, será fundamental que el Pincha se despierte y derrote a Quilmes, y que Arsenal y All Boys puedan hacerse grandes de local y venzan a SL y SMSJ respectivamente.
A no perder las esperanzas.
