Ya no sorprende. Ya no es novedad. Diego Forlán sigue siendo el mejor embajador que tiene las inferiores de Independiente en el exterior. Esta vez con una actuación estelar en el partido que su selección, Uruguay, goleó por 3 a 0 a Sudáfrica, el país anfitrión, con dos tantos de su factura.
Y a su estilo. El primero la agarró a 35 metros del área, yendo de izquierda a derecha en diagonal y disparando de derecha con su habitual cañón. Tras apenas desviarse en un defensor la pelota se clavó en el arco de Khune. Y el segundo tanto, fue de penal, mostrando su frialdad para definir un partido clave en las aspiraciones uruguayas de clasificar a segunda ronda.
Tampoco sorprende esto. Hay que recordar el partido clave disputado en Quito, en las eliminatorias, cuando Cachavacha decretó el triunfo celeste también con un tiro desde los doce pasos sobre la hora.
Se valora más porque no jugó en su posición, ya que fue una especie de falso enganche, y por momentos se tiró –y bien- hacia los costados, generando fútbol y sabiendo cuando había que dar el pase preciso (le puso un gran pase a Cavani y generó la jugada del tercer gol) y cuando aguantarla.
Gran partido del ex Independiente (no se olvida de su pasado y en las horas previas al partido saludó al capitán del equipo de InfiernoRojo) que, por el momento, es el goleador del mundial y el único capaz de, por un buen rato, silenciar las polémicas vuvuzelas.
