En una tarde tormentosa y negra, Independiente perdió ante Newell´s 3 a 1 en el primer partido del torneo final. En el Estadio Libertadores de América comenzó perdiendo 1 a 0 hasta que Tula logró la igualdad, luego el “Tecla Farías” erró un penal tirando la pelota a las nubes.
Para analizar el partido esta vez arrancaremos con una situación que cambió todo. El penal, esa pena máxima que hacía tiempo no teníamos a favor y que esta vez nos jugó en contra. Es que Independiente venía en levantada. Lo desbordaba a Newell´s por todos lados, de frente ya se lo había perdido Caicedo y las bandas estaban siendo dominadas por el conjunto local. Y, en uno de esos ataques fue el Negro el que encaró y Heinze le cometió falta adentro del área.
Pompei tomó carrera y señaló el punto del penal. La gente estalló. Era La Chance para ponerse al frente en el marcador, luego dedicarse a mantener la diferencia con una cancha rápida propicia para la contra y la posibilidad de obtener los tres puntos que alejen a Independiente de la zona de la que nunca pudo escapar en toda esta temporada. Pero nadie contaba con la burrada de Farías.
El Tecla tomó la pelota. Los hinchas estaban divididos entre aquellos optimistas que soñaban con que cambiara la racha y los negativos que veían en el mal momento de Farías el primer escollo a vencer. En el medio los que sufren y no quieren ni ver. El 9 corrió hacia la pelota y por un instante se detuvo el mundo, la pelota voló y dio en el alambrado. La decepción fue enorme.
Esto produjo no sólo un golpe en el hincha que soñaba con ganar, sino en el equipo en sí, ya que en una de las jugadas siguientes facturó Newell´s. El 2-1 fue fatal. La gente estaba empapada por la lluvia, pero el gol rosarino fue un baldazo de agua fría.
Es que hasta la jugada del penal Independiente había demostrado ser un equipo, atacar con criterio, defender con personalidad aunque en algunas jugadas la última línea presentaba problemas. Tener un arquero que de a poco va agarrando ritmo y un mediocampo firme. Hay que resaltar también la poca justeza de Ferreyra y el mal momento físico y futbolístico de Santana. Piezas claves por las bandas.
Es que inclusive tras el gol de Scocco, el primero de Newell´s con falta incluida, los dirigidos por el Tolo estaban mostrando un mejor fútbol. Farías tuvo un par que no pudo concretar y recién el empate de Cristian Tula llegó cuatro minutos más tarde, a los 20 del primer tiempo, tras un gran centro del Rolfi y un cabezazo certero del central.
Si bien hubo algún momento de dominio de Newell´s fue el Rojo el que hizo todo para ganar. Apretaba en la salida de los dirigidos por Martino, buscaba variantes en ataque, pero el gol seguía sin llegar.
En el segundo tiempo se dio el diluvio de lluvia y también de tristeza. Fueron 30 minutos en los que Independiente dominó. No pasó sobresaltos. Era tanta la necesidad de ganar que Gallego mandó a la cancha a Caicedo por el lesionado Tuzzio. Sumaba gente en ofensiva y con eso oportunidades para atacar. El Negro siempre se mostraba como alternativa y atacaba de frente y fue a él al que le cometieron el penal.
Iban 30 minutos de juego cuando Farías tiró el penal por arriba y con esa pelota se fue toda la ilusión. Luego fue Scocco nuevamente el que clavó un derechazo rasante y más tarde Pablo Pérez el que tras una gran cantidad de rebotes, que toda la noche le quedaron a Newell´s, marcó el tercer y definitivo gol. El 3-1 decoró un resultado que poco tuvo que ver con el juego, pero mucho con la realidad de este Independiente que mejora día a día pero sigue sin ganar y cada vez se le hace más de noche. Habrá que sufrir y mucho para salir adelante.
