Eduardo Domínguez llegó al clásico de Avellaneda con serias dudas para armar el equipo, en decisiones que fueron controversiales en la previa y terminaron por dejar de manifiesto su error.
Independiente se midió ante Racing en una nueva edición del clásico de Avellaneda, en un partido en el que lógicamente el Rey de Copas no puede permitirse lograr un resultado adverso, algo que a lo largo de la historia era una excepción, hasta la llegada del moyanismo. A este clásico Eduardo Domínguez llegaba con varias dudas y sorprendiendo en cuanto al armado del equipo para este partido.
La primera de las medidas que sorprendió fue la no inclusión de Leandro Fernández, para que si juegue un Damián Batallini que no venía siendo tenido en cuenta por él. A su vez, el entrenador apostó por Hachen, recientemente llegado y que nada destacable había hecho en su debut con Platense, siguiendo por esa línea. El entrenador volvió sobre sus pasos y decidió poner a un Tomás Pozzo que incomprensiblemente se quedó en el banco de los suplentes hasta el entretiempo.
Con esos cambios el equipo cambió y si bien siguió mostrando muchísimas complicaciones para gestar una jugada, el temple en el terreno de juego fue otra, yendo con vergüenza a buscar un empate que nunca pudo llegar, teniendo varias flaquezas a la hora de buscar el gol. Lo cierto es que Eduardo Domínguez llegó con muchas dudas a un partido que sabía que no podía permitirse perder y lejos de ir a los nombres lógicos optó por un golpe de suerte.
Por su parte, a la hora de contrastar los números de Batallini hay que decir que de los 37 minutos que jugó tocó 17 pelotas, dio 7 de 8 pases (77%), ganó 5 de 11 pelotas divididas, perdió las dos aéreas que disputó y perdió la posesión en 4 oportunidades. En tanto que, Leandro Fernández sumó los siguientes en 53 minutos de juego. Tocó 28 pelotas, dio 10 pases correctos de los 18 que intentó (56%) dando tres pases claves, ganó 2 divididas de los 4 que disputó, perdió la posesión 13 veces y le cometieron 2 infracciones.
A la hora de analizar los números de Gabriel Hachen en el clásico hay que decir que en sus 45 minutos tuvo 21 toques de pelota, dando seis pases de los ocho que intentó (75%), de los tres pases largos que intentó dio 2, tuvo 1 tiro al arco, ganó 4 de las 8 divididas que disputó y perdió la posesión 5 veces. En el caso de Tomás Pozzo, el sustituto desarrolló 45 minutos, con 27 toques de pelota, dando 17 de los 20 pases que intentó (85%), intentó y logró con éxito un regate, ganó 2 de los 7 duelos terrestres, perdió la posesión en 8 ocasiones y recibió 2 faltas.
Sin lugar a dudas los ingresos de estos dos futbolistas le dieron otra imagen al equipo, con un Eduardo Domínguez que nuevamente no supo que hacer en la primera mitad y trató de enmendar las malas decisiones de un equipo incierto que sumó una nueva frustración que lo deja aún peor mal parado.
