En el momento en el que la bronca más grande llegaba a su punto más alto, Osky se dio vuelta y se llenó la boca con la palabra gol. Sí, ni bien Sánchez Miño inflaba la red de Hilario en el arco de enfrente.
La bronca duró mucho y el golpe del 2 a 1 fue muy fuerte para el equipo del Tolo. Los hinchas en la cancha no encontraban explicación. Sin embargo, los que más lo sufrieron a juzgar por las redes sociales, fueron los que estaban frente a la televisión. Es que el morbo vende y la transmisión así lo entendió.
Osky, nacido en las inferiores del Rojo, habitante de la pensión e hincha del club, se dio vuelta hacia la tribuna local y gritó el gol. Quizás invadido por los nervios y porque sabía de la importancia del mismo para mantener la punta. Quizás preocupado por la vuelta de Orión y con ganas de quedarse en la titularidad. O, simplemente, empapado por la trascendencia que significaba ganar el clásico.
Lo cierto es que Oscar Ustari se llenó la boca de gol y, si bien tras el partido explicó que no lo gritó con ganas y que es su trabajo, recibió la condena de muchos hinchas del Rojo. Probablemente si el triunfo hubiese quedado para el visitante esto no hubiese tomado tamaña trascendencia, pero por la bronca de la derrota y el momento que atraviesa Independiente, lo de Osky fue muy repudiado. Algunos lo compararon con Ignacio Piatti.
Más allá de esto, la preocupación de todos debe pasar por cómo salimos adelante y no en qué hacen los demás. Es preferible exigir a Hilario mayor responsabilidad en sus actuaciones a que perder el tiempo viendo lo que hacen los otros.
