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¿Será el indicado?

Pumpidoo

Nery Pumpido, el candidato número uno de la dirigencia para suceder a Daniel Garnero tras la negativa de Américo Gallego, tiene en su currículum como logro destacado la obtención de la Copa Libertadores de 2002 con Olimpia de Paraguay, aunque luego acumuló varias experiencias negativas.

El ex arquero de la Selección Argentina comenzó su carrera como entrenador en Unión de Santa Fe, en 1999, en la octava fecha del Apertura de ese año justamente ante el Independiente de Enzo Trossero (0-0). Juan José López había renunciado por los malos resultados y Nery era elegido DT interino.

Alternó buenas y malas, pero fue ratificado en el cargo y finalizó en la posición 15. En el Clausura logró una mejor performance y dejó al Tatengue 8°, con 29 unidades. En el Apertura 2000 terminó 11°, con 26 puntos y, tras un flojo nivel en el siguiente Clausura, en el que apenas sumó 20 puntos, se fue.

Luego llegaría su momento de máxima gloria como entrenador: en 2002, con Olimpia de Paraguay, se alzó con la Copa Libertadores de América, ganándole la final al Sao Caetano brasileño. En la definición de la Intercontinental perdió 2-0 contra el Real Madrid y tiempo después, tras 14 meses de trabajo, se fue por los malos resultados.

En 2003 tomó las riendas de Tigres de Monterrey, donde arrancó bárbaro y logró llegar a la final del Apertura, aunque la perdió. Luego, los resultados no lo acompañaron y se tuvo que ir con un saldo de 25 partidos ganados, 15 empatados y 20 perdidos, anotando 116 goles y recibiendo 94.

En 2005 volvió al fútbol argentino para comandar a Newell’s. Dirigió los últimos 9 encuentros del Apertura, en el que terminó 16°, después tuvo un buen Clausura 2006 en el que finalizó 6°, semestre en el que quedó eliminado en octavos de final en la Copa Libertadores a manos de Vélez.

El final de su ciclo en la Lepra fue de terror: de los últimos 39 puntos que disputó, sólo logró cosechar 3, merced a tres empates y diez derrotas. Esos fueron sus últimos partidos dirigiendo en el fútbol argentino.

En total, en el fútbol doméstico, entre Unión y Newell’s, dirigió 126 partidos, de los cuales ganó 39, empató 40 y perdió 47, y arrastra una serie de 13 partidos sin conocer la victoria (sus últimos encuentros con la Lepra).

Después, en 2008, volvió a tener una oportunidad en México, más precisamente en el Veracruz, donde las cosas nuevamente no le fueron bien: de 11 partidos, apenas ganó tres, empató uno y perdió siete. Decidió él mismo dar un paso al costado a los pocos meses de llegar.

Tras esa experiencia en el fútbol azteca, tuvo un lapso en el Al Shabab de Arabia del que poco se sabe y estuvo como manager de Unión de Santa Fe la temporada pasada, donde tuvo como técnico a su amigo Fernando Alí. Las cosas no le fueron bien y se alejó de su cargo.

Identificado con el fútbol de Carlos Bilardo (“Aprendí de todos, pero con Bilardo estuve siete años y dos Mundiales“, dijo en algún momento), asegura que su estilo es estar bien cerca del jugador ( “Para sacar lo mejor de un futbolista hay que conocerlo en el plano personal. Mi única misión es que piensen que son los mejores y que todo lo que jueguen hay que ganarlo“).

Sin trabajo desde hace un año, cuando se alejó de Unión, reconoce que “hace doce meses que estoy esperando una oferta, tengo ganas de trabajar y voy a negociar con cualquier club que esté interesado en mí”, según le dijo a Olé. Y finalmente la oferta parece que llegará…

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