Independiente cayó por 4 a 3 ante Arsenal y varios jugadores terminaron tocados en la parte física. Ya es una constante en este equipo.
El conjunto de Lucas Pusineri volvió a dejar una triste imagen, ayer por la tarde. Se pierde un partido por negligencia propia, más allá del bochorno de Néstor Pitana. Pero además de este bajo nivel futbolístico, preocupa y mucho las condiciones físicas de los jugadores que conforman el plantel.
En el mismo encuentro de ayer quedo reflejado lo que viene sucediendo hace tiempo. Tanto Andrés Roa como Lucas González terminaron con molestias musculares y por eso ambos se fueron sustituidos. El martes se realizarán estudios y serán evaluados por el médico.
Sumados a ellos, Lucas Romero hizo un desgaste enorme, sobre todo en el segundo tiempo, y en el último tramo del partido no rendía en el aspecto físico. Alexander Barboza terminó igual; y caso aparte lo de Silvio Romero, que se nota a simple vista que no está al 100% de sus aptitudes físicas, después de su lesión.
No hay que escaparle a la realidad. Es deplorable el plan físico de todos los jugadores de Independiente, no logran recuperarse completamente de sus lesiones, se lastiman cada semana por algún dolor o molestia y no está de más agregar que, mentalmente, estos futbolistas no están a la altura de la exigencia de un club como Independiente.
