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Con ustedes, el Proyecto

(COLUMNA DE OPINION) – Tardó, pero la respuesta a la pregunta más realizada en este último semestre por todos los hinchas de Independiente, al fin llegó: ser últimos y completar la peor campaña en la historia del club, ese era el famoso PROYECTO.

Hoy se volvió a apreciar los dones de un presidente que ataca a los ídolos y se ahoga en su propio palabrerío barato, inconcluso, febril y difamador. Quizás esto nos sirva para despabilar otra vez y no creer que con la Sudamericana nos poníamos de pie institucionalmente.

Desde la época de Américo Gallego que pedían refuerzos de jerarquía. Pero claro, el “campeonato económico” y la terminación de la cancha es más importante. Esa mentira se agudiza cada vez más, porque la deuda del club crece día a día y la cancha sigue a medio hacer, como hace un año largo atrás. El hincha sigue dormido, no se expresa, no se moviliza, sigue festejando la entrada al Grupo 8 de la Libertadores, pero ojo, porque el descenso está a la vuelta de la esquina mientras los números rojos continúan acechando.

El chatarrerío oral de Julio Comparada se acrecienta con los meses. Lo prometido sigue siendo deuda y hasta parece que también se calentó Antonio Mohamed. “Si los dirigentes quieren fichar a Almirón, que lo hagan”. Lo que dice el Turco deja una evidencia notoria: a buen entendedor…

Si gastan saliva en hablar de proyectos, de inferiores, para qué fijarse en un tipo de 25 años que rebotó en varios lados y le abrimos la puerta para que “mantenga la forma y porque nos llevamos bien con su entorno”, tal como dijo Comparada.

La era de la boludez se acabó. El último puesto colmó, al menos, mi paciencia. No quiero que el brillo de una copa me cegue ni me tape lo opaca que es nuestra dirigencia, que hasta se da el lujo de bastardear a nuestro máximo ídolo. Pero si el hincha no reacciona, tampoco habrá solución a corto plazo. El compromiso, como hinchas, no es sólo alentar y llevar los colores en la piel, sino también contar las cosas que pasan en Independiente y destapar la olla para liberar el mal olor. Ojo, que después no sea demasiado tarde.

Por Lucas Sawczuk para InfiernoRojo.com

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