El corazón ya comienza a palpitar. Sí, hubo un precalentamiento con estos dos amistosos veraniegos ante River y Racing y faltará ese último empujón que será Boca en unos días. Lo cierto es que el plantel de Independiente dejó Pilar con la pretemporada finalizada, con los ejercicios físicos y esa puesta a punto trascendental para el semestre en el que se juega la historia. Y ahí es donde nuestro organismo empieza a desarrollar adrenalina y la pasión se pone a mil.
No hubo lesiones importantes. Todos, excepto Samuel Cáceres, pudieron trabajar y encontrar su óptimo rendimiento. Lo de Santana ante Racing fue sólo un susto que por precaución no pasó a más. Con la tarea consumada, el resultado se verá en unos meses y ojalá que sea satisfactorio.
No habrá excusas. La única podrá ser ese segundo refuerzo que se hace desear y no parece llegar, pese a que todos los cañones apunten a Dorlan Pabon y con el Parma ya haya un acuerdo. El jugador parece ser un tanto díscolo y reticente a volver a Sudamérica. Quizás lo hizo para presionar y pedir más dinero o todo en dólares. Quizás sea verdad que no quiere venir. Quizás sea que le llenaron la cabeza. Muchos quizás, certezas también hay bastantes.
Los dirigentes aseguran haber acordado con el Parma. En Italia suena lo mismo. Varios jugadores comentaron que hablaron con el colombiano para convencerlo. En resumen, este lunes podría darse el final de la historia y, obviamente, es incierto, pese a todas las evidencias que había sobre el caso. Claro está que esto le jugará en contra al jugador si se pone la camiseta y no rinde en sus primeras actuaciones. Si anda bien, todo se olvida rápido.
En fin… Estamos a un paso de arrancar este semestre atípico. Habrá ilusiones de campeonato como siempre sucede en el hincha de Independiente, pero esta vez el objetivo no es el común. Puede ser que una cosa lleve a la otra. Material hay. Preparación física también. Ante Racing, con los titulares y un par de juveniles más que interesantes, el equipo estuvo sobrio. Presionó en campo rival, no se regaló en el fondo y manejó con criterio la pelota. Hasta entró con fútbol al área defendida por Saja.
Párrafo aparte: faltó el gol. Ese amor incondicional que nos hace abrazar con gente irreconocible y que no veamos más siquiera en una tribuna. Ese amor incondicional que le está siendo esquivo al Rojo y, sobre todo, al Tecla Farías. Y ahí está el tema. Estoy seguro que Ernesto va a tener un semestre distinto. El plantel está preparado para darle lo que necesita y él va a responder.
Sin dudas que la llegada del Rolfi Montenegro, con la permanencia de Farías, la confianza y fuerza del Tolo, la prestancia de Vargas y el acompañamiento del resto de los muchachos hará que Independiente tenga chances de pelear arriba. La presión por ganar y salir del fondo será el primer rival a vencer. Para eso de la tribuna tendrá que bajar apoyo y exigencia sin daño ni insulto.
Y con este panorama llegaremos al 3 de febrero. Ahí arranca la verdad y un torneo de 20 fechas. De 20 finales. De 20 posibilidades de seguir haciendo grande al más grande. Sostengo que material hay, la idea se debe mantener y debe coincidir con la premisa de ganar en todos lados. Y los colores que llevaremos en el pecho, tanto hinchas como plantel, cuerpo técnico y dirigentes, son los que tenemos que defender con la pierna fuerte y templada y con el orgullo bien alto. Somos Independiente y hay que revertir esta situación a como dé lugar.
