Se terminó el ciclo del Apache en el Rojo de Avellaneda. Pasó por varios estadíos a lo largo de los diez meses que estuvo en el cargo. Mirá los puntos de giro que marcaron su era.
El ciclo de Carlos Tevez en Independiente no llegó al año de vida. Duró diez meses desde agosto de 2023 hasta mayo de 2024. Fue de mayor a menor. Su arribo significó una inyección anímica en lo individual y en lo grupal para el plantel. La intensidad caracterizó ese inicio de la era del Apache en Avellaneda. Logró sacar al equipo de la delicada situación en la zona baja de la tabla de la permanencia, pero a partir de allí entró un camino descendente como en un tobogán. Empezó bien y terminó mal.
Estos son los 5 momentos del paso de Tevez en Independiente.
1-El desembarco: Casi todo el mundo rojo lo miraba sin confianza a Carlitos apenas se supo que sería el elegido de Néstor Grindetti y compañía. Los argumentos sobraban para ser mirado de reojo: cero identificación con el club, símbolo de Boca, poquísima experiencia en el cargo (apenas había dirigido a Rosario Central). Pero rápidamente dio vuelta esa imagen. Su conferencia de prensa de bienvenida resultó un antes y un después. Habló sin cassette, con palabras realistas y justas sobre la situación del club. Lo mismo que le había dicho a los jugadores en la intimidad lo expuso públicamente: “Hay que sacarse los zapatos de bailes”. A partir de allí contó con el apoyo total de la gente del Diablo y el arranque con buenos resultados colaboró.
2-El alivio: Todo Independiente andaba angustiado al verse constantemente en la zona baja de la tabla. Fecha a fecha se lo veía cada vez más cerca del abismo. El declive parecía inminente. Con Tevez cambió ese aura. El técnico pudo levantar rendimientos individuales bajísimos (Laso, Damián Pérez, Marcone, Giménez Rojas, entre otros). Y en lo colectivo se vio un equipo con otro semblante, sin un juego descollante, pero con una presión alta y la intensión de no dar una pelota por perdida. Eso le bastó para ganar el clásico en el Cilindro con el famoso “Aserejé” de Canelo y asegurar la permanencia. Le sacó un lastre de encima al club. Si bien no le dio para meterse a los playoffs de la Copa de la Liga, se sentó con la dirigencia a fin de año para firmar su vínculo hasta 2026 y así poder armar “su” Independiente.
3-La pelea con la AFA: Después de un gran arranque de año con triunfos encadenados, aunque sin jugar bien, el Rojo de Tevez quería animarse a más. El mercado de pases fue satisfactorio para el DT ya que se le cumplieron casi todos los pedidos. El único futbolista que llegó por una apuesta dirigencial fue Juan Fedorco de Nueva Chicago. La ilusión crecía, hasta que llegó el partido contra Barracas Central y las sospechas se confirmaron con el escandaloso arbitraje de Pablo Dóvalo en la cancha de Huracán. Tevez explotó en la conferencia de prensa posterior y dio a entender un favoritismo hacia el equipo de Claudio Tapia, presidente de la AFA. Pablo Tovillino, tesorero de la casa madre del fútbol argentino y mano derecha de Chiqui, salió a cruzarlo por redes sociales. Carlitos contestó con más acusaciones de corrupción y todo se rompió. Grindetti debió llamar a una conferencia de prensa con Tevez al lado por esta situación. Tapia pidió al Comité Ejecutivo que los clubes controlen a sus entrenadores y que las quejas se hagan puertas adentro. Todo esto comenzó a erosionar la figura de Tevez, que ya en ese momento deslizó que debía replantearse si quería formar parte del “sistema”.
4-La dura eliminación: A partir de ese instante, Independiente padeció el sendero en la Copa de la Liga de 2024. Quedó enroscado en ese conflicto y nunca dio vuelta la página. El equipo fue una involución constante y hasta cosechó una derrota histórica contra Riestra. Así y todo pudo llegar hasta la última fecha de la fase regular dependiendo de sí para clasificar a cuartos. De local, se fue al descanso contra Talleres ganando 2 a 0 y con un hombre más. El partido terminó 2-2. Esa eliminación fue el golpe de nocaut de su ciclo. Todo el desgaste acumulado tuvo su punto de quiebre allí. Se puso en duda la continuidad del entrenador, que se llamó a silencio. Luego de una serie de reuniones con el plantel y la dirigencia, Tevez decidió seguir.
5-Internación y un final anunciado: Una semana después de confirmar que se quedaba, el Apache debió ser internado por una noche. Se pegó un susto grande por un dolor en el pecho que lo hizo acudir de urgencia a un sanatorio de San Isidro. Luego de una batería de estudios, Tevez fue dado de alta a la mañana siguiente. Hizo un día de reposo en su casa y volvió al ruedo. Coleccionó un triunfo en la Copa Argentina ante Juventud Unida de San Luis y perdió en el debut de la Liga Profesional contra Talleres. En la previa a ese estreno, Carlitos ya había sido silbado por los hinchas cuando lo mencionó la voz del estadio. Ya no contaba con el apoyo popular. Los reproches e insultos se triplicaron post derrota, no solo contra él sino contra los jugadores y la dirigencia. Nadie se salvó del hartazgo de la gente. Tevez dijo basta. Afectado por las recriminaciones, con su familia incómoda, con su salud de por medio y con un equipo sin rumbo prefirió ponerle punto final a su historia con Independiente.
