En esta nueva edición de Gambetas y Diablitos conocé al vovlante de la cantera roja, que asiste como interno pero también le gusta subir y encarar.
El futuro de Independiente está en Villa Domínico, en donde día a día surgen nuevas promesas, ilusionadas con el sueño de llegar a lo más alto. En ese contexto se encuentra Luciano Palo, un chico categoría 2009 que actualmente la rompe en octava. En diálogo con InfiernoRojo, el chico empezó: “Un captador fue a un torneo, estaba captando chicos, y me eligió a mí. Tuve que hacer la prueba en Wilde, en infantiles. Ahí me dijeron que vaya una vez al mes, y me tuve que hacer la prueba de vuelta porque entraba en juveniles. Ahí fue en donde me tuve que quedar en la pensión”.
Al respecto, la joven promesa de 15 años fue más allá y explicó: “Primero fiché en liga. Como no había pensión para los más chicos, no me dijeron nada y me dejaron venir una vez al mes para entrenar y jugar. Así fue hasta que entré en juveniles”.
Lucho, como se lo apoda por su nombre, es oriundo de Puerto Rico, un pueblo de Misiones. Allí dio sus primeros pasos, primero en 25 de Mayo cuando jugaba al futsal, y después en Fátima, cuando trasladó sus dotes futbolísticas a la cancha de once. Aunque hoy se encuentra en la pensión, lejos de la familia, aseguró: “Me hablo siempre con mi mamá, mi papá, mis tíos. Siempre que hay un partido, ellos me apoyan. Cada vez que hay fechas importantes, que nos dejan ir a nuestras casas, vuelvo y me veo tanto con mis amigos como con mi familia”.
Para Palo, fue un cambio significativo cuando se trasladó a Buenos Aires, y así lo dio a entender: “Misiones es muy chico, conocés todo, y no hay mucha inseguridad. Acá no salgo mucho, salvo para ir a la escuela. Fue un cambio muy grande, también, porque en Misiones tengo a todos mis amigos, y acá no conocía a nadie“. Y remarcó: “Me fui conociendo con los chicos en la pensión, y entablamos una amistad”.
En lo estrictamente futbolístico, la joven promesa que se desempeña actualmente en octava habló de las enseñanzas de los entrenadores que tuvo: “El entrenador en novena, que es Damián Quinteros, me marcó mucho el tema de cuándo jugar y cuándo encarar. El técnico de octava (Daniel Vicentín) me ayudó mucho con el tema de cómo posicionarme en defensa, y también en la salida”.
A raíz de las enseñanzas y de los puestos que fue ocupando, Lucho comenzó a forjar su estilo, y a entender qué posición le gusta más. En relación a ello, fue claro: “Me gusta jugar de interno, pero también de enganche o de extremo por derecha. Como soy zurdo, puedo encarar para adentro”. Y añadió: “Me distingo por ser encarador y tener buena gambeta. Me gusta también meter pases filtrados. El interno no llega mucho al arco y quiero hacer más goles, por eso me gusta más de enganche o de extremo“.
Al finalizar, en diálogo con InfiernoRojo, Palo se tomó unos segundos para explicar lo que significa Independiente para él: “Independiente es un club re grande, con hinchas muy buenos que sienten pasión por el fútbol. No me veo en otro lado, porque Independiente es el primer club en el que estuve, y el que más me gusta“.
Foto: ph.arita
