El clima que se vivió el sábado a la noche en el Libertadores de América, acompañado por una lluvia torrencial y un gol épico para igualar el encuentro, fue único. ¡Reviví aquel momento!
El fútbol te da y te quita, te hace pasar tanto momentos hermosos como momentos de tristeza y desazón. En el Libertadores de América, con Boca y en un encuentro que tuvo de todo, el deporte más lindo volvió a regalarnos un momento épico, y premió a los miles de hinchas que se hicieron presentes.
El pronóstico para el sábado a la noche era el peor: Altas probabilidades de tormentas eléctricas. Pero, el hincha no entiende de lógica, actúa con el corazón, y se hizo presente igual a pesar de que la tarde ya había dado indicios de lo que se vendría. Con este panorama, Independiente salió a la cancha ante miles de personas que miraban, atentas, desde los cuatro costados.
Facundo Tello dio el pitazo inicial, y el encuentro empezó a escribir una nueva historia dentro del fútbol argentino. El Rojo, decidido, lo fue a buscar, mientras que Boca resistía y salía de contra. Con algunas situaciones, el local había logrado levantar al público, pero no asestaba el golpe final. Y, como los goles que no entran en un arco lo hacen en el otro, la visita llegó a ponerse 1-0 por medio de Darío Benedetto, de penal.
¡Pura jerarquía! El Pipa Benedetto definió con sutileza y marcó el primero de Boca ante Independiente.#CopaDeLaLigaxTNTSports pic.twitter.com/6h6cl5v9ua
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) February 27, 2022
La primera parte, que fue la más jugable, fue la que mejor terminó en cuanto a situaciones. Varios minutos después, Gastón Togni aprovechó un centro que bajó Sergio Barreto, y puso el 1-1. Aún así, y pese al dominio innegable de Independiente, Benedetto se vio favorecido por un rebote sobre el final del primer tiempo, y decretó el 2-1 para los de azul y oro.
¡Entró con todo! Gastón Togní apareció en el área chica para empujarla y marcar el 1-1 de Independiente ante Boca.#CopaDeLaLigaxTNTSports pic.twitter.com/miFOzaeSN3
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El cielo, por su parte, ya empezaba a tomar protagonismo, y a vislumbrar lo que venía. Con algunos rayos que iluminaban aún más el Libertadores de América, arrancó la segunda parte, probablemente la mejor en cuanto a lo emocional. Arrancó tranquilo, y poco a poco fueron cayendo algunas gotas, hasta que el encuentro se hizo casi injugable. Los hinchas, lejos de amedrentarse, redoblaron la apuesta.
“No sé cómo voy, no sé cómo vengo”, se escuchaba desde los cuatro costados, de forma ininterrumpida. A veces, normal, otras de forma ensordecedora, pero los hinchas no paraban. La consigna era clara: Había que empujar para volver a ponerse en partido. Los jugadores así lo entendieron, y empezaron a ahogar a Boca, que ya tenía uno menos por la expulsión de Frank Fabra.
Perdiendo 2-1 somos la fiesta de avellaneda como siempre en las buenas y en las malas😍👹🇦🇹 pic.twitter.com/VkfUIoqmLm
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La tormenta no daba tregua, y la gente tampoco. Mientras más agua caía, más fuerte gritaban los hinchas, y más se envalentonaba el equipo. Parecía un efecto en cadena, pero daba resultado, y se vivieron los minutos más lindos pese a los charcos de agua. Así, Independiente ya era mucho más que el Xeneize, y llegó el momento más lindo.
Corrían 35 minutos de la segunda parte, cuando el Rojo empezó a tocar, a elaborar la jugada que, finalmente, le permita igualar. Luego de una excelente jugada colectiva, la pelota terminó en los pies de Lucas Rodríguez. El lateral lanzó un centro rasante que Leandro Benegas no llegó a conectar, pero había una carta más. Por atrás llegó Alan Soñora, quien solo tuvo que empujarla para empatar el encuentro y romper las miles de gargantas que ya venían desgastándose.
Alan Soñora apareció por el segundo palo para marcar el 2-2 de Independiente… o al menos eso vimos a pesar del diluvio 😂#CopaDeLaLigaxTNTSports pic.twitter.com/IrPZKDIDNd
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Tormenta eléctrica, la gente gritando de forma ensordecedora y, como si fuera poco, un gol épico. Pese a no tratarse del resultado esperado, ya que en Independiente siempre se exige ganar, el Libertadores de América se convirtió en una fiesta. Para los de Boca, que no lograban hacer pie, se convirtió en un verdadero infierno.
Así fue hasta el final, con un parate incluido, cuando Facundo Tello dio cierre al encuentro. Faltó fútbol, pero sobró corazón. Los hinchas, fieles como siempre, bancaron la parada, y redoblaron la apuesta en el momento más complicado. El equipo, por su parte, reaccionó, y les devolvió esa energía a los miles de espectadores que no pararon de hacerle frente al clima hostil. Una noche, Independiente logró reencontrarse con su gente, y por fin volvieron a ser uno para batallar juntos en un Clásico que tuvo de todo.
