Falta poco, cada vez menos. La ilusión está intacta y no es para menos. Es que el Rojo volvió a la punta del torneo y, nuevamente, depende de nosotros. Sí, todo sigue dependiendo de nosotros. Parece que la emotiva, espectacular, colorida e impactante caravana del último sábado, en apoyo al plantel y cuerpo técnico, dio buenos resultados.
Es que es imposible no soñar con el campeonato, si se vuelve a jugar como los primeros cuarenta y cinco minutos frente a Banfield. A mí entender, fue el mejor primer tiempo del torneo y los jugadores demostraron que están más vivos que nunca. Fueron muy importantes las palabras que Gallego le dio a cada uno durante la semana, para levantarlos anímicamente y todo el respaldo que recibieron por parte de los hinchas.
Independiente volvió a ser el Independiente que todos queremos ver. Ese que juega la pelota por abajo, sale jugando, presiona en todos los sectores de la cancha, tiene sorpresa y no deja pensar al rival. El ingreso acertado de Gracián, le dio mayo explosión al juego del equipo de tres cuartos hacia arriba. Hubo buenas sociedades entre Piatti, el Tano y Acevedo, quien volvió a ser ese que tanto extrañamos. Así de metidos en el partido los queríamos ver. Jugando cada partido como lo que es: UNA FINAL.
Pero no me gustó la actitud del segundo tiempo donde nos recluimos mucho y esperamos una atajada salvadora de Gabbarini, que de hecho ocurrió, y sostuvo la ventaja. Es correr demasiados riesgos innecesarios y, alguna vez, la suerte nos va a dejar de acompañar. No podemos dejar más puntos en el camino si queremos dar la tan ansiada vuelta.
Más allá de las dos derrotas seguidas, los incondicionales de Independiente están a full con el equipo. No perdieron la credibilidad en los jugadores y se sienten muy identificados. Gozan y sufren en la misma proporción. Y sueñan cada día que pasa, con volver a dar la vuelta olímpica después de 8 años.
Hay que ir partido a partido. Superar los obstáculos que se presentan fecha tras fecha. Quedan cuatro partidos difíciles pero no imposibles de ganarlos. Tenemos que soñar todos juntos que se puede. Hay un cuerpo técnico muy bueno y grandes jugadores. No somos menos que nadie y debemos demostrar por qué estamos en la cima del torneo. Todos hablan de la suerte que tiene el Rojo, pero nadie recuerda las bajas importantes que tuvo el plantel a lo largo del campeonato. Por eso, más que nunca debemos estar todos juntos en esta recta final y alentar más que nunca a los jugadores. Una vez finalizado el torneo, habrá tiempo para analizar todo lo que usted quiera.
Esperemos que el sábado, en cancha de Huracán, se desate la fiesta y el carnaval del todo el pueblo Rojo. Ojala nos llevemos los tres puntos que nos acerquen un poco más al tan esperado título. Ya sé: depende de lo que hagan los jugadores dentro de la cancha, sí, pero también de nuestro aliento y apoyo absoluto a este grupo que tanto se lo merece. Ahí estaremos como siempre alentándote, porque estoy convencido de que SE PUEDE ROJO, SE PUEDE.
César Cáceres para InfiernoRojo.
