Juan Fernando Caicedo marcó un doblete y por fin rompió el maleficio. Debutó en la red y a pura potencia se metió en el corazón de todos. Terminó dolorido en un aductor y no pudo picar más. ¡Felicitaciones!
¿Quién se hubiese imaginado esto? El muchacho ese que apareció con una gorra blanca y desfachatada para firmar contrato en la Sede de Mitre y se fue con la casaca del Rojo puesta iba a debutar en la red justo ante San Martín de San Juan y encima con un doblete.
Hace tiempo que se viene esperando su gol. Su grito. Su baile tras el mismo. La gente lo quiere y él se ganó ese cariño a base de esfuerzo, garra y pura potencia. Dúctil, no es. Tiene varias limitaciones, pero a quién le importa si lo que tiene que hacer es meterla en el arco.
Hoy demostró todo su potencial. Primero bajó un buen centro de Vallés pero su remate salió al medio, a las manos de Ardente. Más tarde, a los 40 minutos, con el 1-0 ya rubricado por Godoy, el Niño aprovechó un cabezazo hacia el área del Paraguayo Fernández y se tomó su tiempo para ajusticiar a Ardente. El 2-0 daba algo más que tranquilidad.
Y, ya en el segundo tiempo, cuando los fantasmas de un posible empate aparecían en Avellaneda, tras el gol de Osorio para el 2-1, volvió a hacerse dueño de la escena. Sí, Caicedo encaró a la última línea de defensores sanjuaninos, a uno lo eludió y al otro lo pasó por arriba. Otra vez ante la salida de Ardente definió al primer palo. En ésta, el arquero la tocó pero no pudo evitar el gol.
Los últimos minutos Caicedo no pudo picar más porque se resintió de ese tirón en el aductor que lo tiene a mal traer. De todas maneras intentó quedarse con la pelota, es que si justo hacía uno más se convertía en hat-trick y dueño del balón. Igual, se conformó con ser el dueño de la tarde, de la victoria.
Gol de Juan Caicedo, Independiente 2 – San Martín 0.
Gol de Juan Caicedo, Independiente 3 – San Martín 1.
