En esta nueva edición de Gambetas y Diablitos vas a poder conocer al extremo por derecha de la séptima división, que destaca por el encare y no lo alcanzan más.
El fútbol es un deporte hermoso, y el sueño de vivir de él inunda a millones de argentinos tanto actuales como futuros. Muchos de ellos llegan a Villa Domínico con el objetivo de perseguirlo, y uno es Thiago Alvez, extremo de 16 años que se desempeña en la séptima división de las inferiores. En diálogo con InfiernoRojo, arrancó: “Vengo de Comodoro Rivadavia, nací ahí. Llegué a Independiente a los 13 años“.
A la hora de profundizar en su camino, el joven delantero contó: “Arranqué jugando a los tres años, en mi ciudad. Me formé en la CAI, y a los ocho años tuve una prueba en San Lorenzo. Quedé, estuve desde los ocho hasta los doce, y volví a Comodoro porque extrañaba”. Y siguió: “A lo 13 tuve la oportunidad en Independiente, y quedé de la mano del Tano Mírcoli“.
En relación al día a día en Villa Domínico, el juvenil de 16 años explicó: “Al principio me costó el día a día en la pensión, pero te acostumbrás. Te levantás a las siete, desayunás, a las ocho entrenás, terminás entre las 10 y las 10.30, te bañás, y comés. A las 12.30 vas al colegio hasta las 17.30. Llegás de vuelta, merendás, estudiás, comés, y te vas a dormir. Al día siguiente arranca la rutina de nuevo”.
Todo futbolista tiene un entrenador que lo marca, y el atacante no es la excepción. Al respecto, recordó: “El DT que más me marcó fue Lucho Bellera, cuando lo tuve en la octava. Cambió mi forma de jugar, mi forma de ser, me ayudó un montón”. Y confesó: “Antes perdía la pelota y no la corría. Eso es mental, y ahí me ayudó Lucho. Ahora si la pierdo, la corro hasta donde puedo. Me lo marcaban todos, y no sé cómo hizo Lucho que me lo cambió“.
Pese a que todavía se desempeña en las divisiones inferiores, el joven talento ya entrenó con la Reserva, y rememoró: “Cuando estuve con Lucho, que fui a la Selección, volví y entrené un mes con la Reserva”. Y reconoció: “Es muy distinto por el ritmo, la velocidad, el choque. Al principio me costó, pero con dos semanas de entrenamiento, te acostumbrás”.
Al finalizar, en diálogo con InfiernoRojo, Alvez no evitó hablar de lo que significa Independiente para él: “Para mí, Independiente es todo. Tuve las puertas abiertas desde que entré, siempre me trataron bien y fueron buenos conmigo, hasta el día de hoy. Estoy muy agradecido tanto al club como a la pensión”.
Foto: ph.arita
