Volver a casa

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25 noviembre, 2008

doble visera estadio nuevo

Corría el año 1926. La República Argentina estaba gobernada por el presidente Marcelo T. De Alvear, en tiempos en que la pos-guerra favorecía la economía de nuestro país. En ese 1926, año en que Ricardo Güiraldes publica el libro “DON SEGUNDO SOMBRA”, una de las mas grandes obras de la literatura gauchesca, en la ciudad de avellaneda, la ciudad del caudillo conservador Alberto Barceló, había un adolescente que ese año cumplía la mayoría de edad. Y como sucede en esos casos, el nuevo adulto quería casa nueva. Ese nuevo adulto era el CLUB ATLETICO INDEPENDIENTE. Por tal motivo se compró el predio ubicado en Alsina y Almirante Cordero, conocido como el POTRERO DE OHACO, un terreno pantanoso al que hubo que rellenar.

Muchísimos carros con tierra llegaban al lugar, pero parecía que nunca se terminaba de rellenar, por lo que una noche varios socios se quedaron en el lugar y vieron llegar algunos carros con reconocidos hinchas de racing que venían a robarse la tierra. Los ladrones fueron corridos a tiros del lugar, y la dirigencia se vio obligada a cercar el terreno y a contratar un sereno para evitar incidentes similares.

En la licitación para la construcción del estadio se presentaron doce oferentes, de los cuales fue elegido el del ing. Federico Garófalo, el cual diseñó una tribuna de un estilo moderno único en Sudamérica. La tribuna a construirse tendría una extensión de 157 metros de largo (117 metros por el costado del campo de juego que da a la calle Alsina y 20 metros detrás de cada arco), tendría 35 escalones y una capacidad de 30.000 personas. La misma sería techada en toda su extensión, y del otro lateral se colocaría la tribuna de hierro y madera que estaba en el estadio de Crucecita.

El costo de la tribuna con techo en voladizo era de $79.684,05 m/n, mas $35.491,40 m/n la parte civil, $4.481 m/n el desarmado, traslado y armado de la tribuna del campo de Crucecita, $17.155 m/n el cercado, relleno, nivelación y sembrado del campo de juego, lo que hace un total de $136.810,45 m/n. El primer escollo que tuvo la obra no fue ni el cartel, ni las napas ni la fecha de inauguración, si no el intendente de la ciudad, Alberto Barceló, reconocido hincha de racing. El caudillo ordeno paralizar y demoler la obra diciendo que se ocupaban terrenos donados para calles y que faltaban papeles en el expediente. Cuando este tema fue solucionado se reanudaron las tareas.

El 20 de enero de 1928 Independiente juega su último partido en la cancha de av. Mitre y Lacarra, en Crucecita, venciendo 4 a 3 a Estudiantil Porteño. El Rojo pasó 16 años en ese estadio, toda su adolescencia, hasta ponerse los pantalones largos.

Por fin llega el día. El 4 de marzo de 1928. Atrás quedaba el robo de tierra, las trabas barcelistas y las dudas sobre si semejante estadio se mantendría en pie sobre lo que fue un pantano.

El 4 de marzo de 1928 Independiente inaugura su nueva casa, el que con el tiempo sería conocido como el ESTADIO DE LA DOBLE VISERA DE CEMENTO. El Club Atlético Independiente, que ya rondaba los 23 años, cumplía su sueño y estrenaba la casa nueva contra Peñarol de Uruguay, igualando 2 a 2. Luego del puntapié inicial del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Valentín Vergara, arrancó el partido en el que los equipos formaron así:

Independiente: NÉSTOR SANGIOVANNI; CARLOS DEBUGLIO Y ERNESTO CHIARELA; JOSE PEREZ, GUILLERMO RONZONI Y LUIS MARTINEZ; ZOILO CANAVERI, ALBERTO LALIN, LUIS RAVASCHINO, MANUEL SEOANE Y RAIMUNDO ORSI.

Peñarol: MIGUEL CAPUCCINI; JOSE BENINCASA Y DEMIS D’AGOSTI; GIDEON SILVA, AUGUSTO FERNANDEZ Y VENANCIO BARTIBAZ; JUAN PEDRO ARREMOND, ANTONIO SACCO, PABLO TEREVINTO, JUAN PEREGRINO ANSELMO Y ANTONIO CAMPOLO.

Los goles fueron de Raimundo Orsi (primer gol en el nuevo estadio) y Manuel Seoane, mientras que Sangiovanni e/c y Terevinto marcaron el empate para el equipo uruguayo. Independiente escribiría en ese estadio páginas de gloria de la mano de innumerables protagonistas y, aquel adolescente que en 1926 había cumplido la mayoría de edad crecería y se haría hombre en su nueva casa, hasta convertirse en rey.

En 1961, apenas pasados los 50 años de vida, Independiente reformaría su casa por primera vez. La construcción de la tribuna alta sobre la calle Cordero y la rotación del campo de juego en 90 grados serian las modificaciones más importantes.

Ahí el estadio comenzaría a engalanarse en noches en las que Independiente, ya con 60 años, saldría de copas para erigirse como rey de América y del mundo. Luego vendrían épocas de malaria tanto económicas como deportivas, lo que llevo a descuidar la casa, muchas veces por desidia, la cual se deterioró tanto que fue necesario renovarla.

El 8 de diciembre de 2006 Independiente jugó su último partido en el estadio de la Doble Visera, perdiendo 2 a 1 con Gimnasia de Jujuy. Así como Raimundo Orsi convirtió el primer gol en ese estadio en 1928, Federico González convirtió el último 78 años después.

Así llegamos al presente, 25 de Noviembre de 2008, a la presentación en sociedad de la renovada casa, el NUEVO ESTADIO LIBERTADORES DE AMERICA. Miles de recuerdos pasarán por nuestras mentes, miles de nombres, goles y momentos imborrables, vueltas olímpicas y descensos inolvidables. Seguramente esos recuerdos estarán bañados por alguna lágrima de emoción y alegría al ver la nueva casa.

Este párrafo esta dedicado a los grandes dirigentes de la historia de Independiente, a los jugadores y técnicos que hicieron vestir de gala a la doble visera, y a los padres, tíos y abuelos gracias a los cuales hoy hablamos, pensamos y sentimos en rojo. A todos aquellos que nos dejaron como legado el amor por Independiente y que hoy ya no están entre nosotros, pero que estarán junto al Pato Pastoriza, a Bernao, a Erico y a tantos otros disfrutando la fiesta desde la platea mas alta de todas.

Independiente, ya con 104 años, reestrena su casa…

Este es el homenaje del único programa partidario que con su nombre rinde homenaje al glorioso estadio de la Doble Visera…. Por JAVIER PEREZ para www.LaVisera.com.ar

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