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Ladran, Rojo…

festejo

La clasificación a la final de la Copa Sudamericana revolucionó el Mundo Independiente e hizo que la mirada del fútbol local se posara en el Rojo. Sin embargo, tanto periodistas como hinchas de otros clubes intentan quitarle méritos al equipo de Antonio Mohamed y minimizan la calidad de los rivales, la jerarquía del torneo y hasta hablan de “favores” arbitrales. Envidia que le llaman…

Después de un arranque terrorífico de temporada, con el Dany Garnero a la cabeza, la llegada de Antonio Mohamed cambió el rumbo, modificó la cabeza de los jugadores y, de a poco, se fue edificando un equipo con todas las letras, con un esquema definido y una motivación altísima que le fue permitiendo a Independiente avanzar en la Sudamericana hasta la final, donde enfrentará a Goiás.

Ni bien asumió, al Turco le pidieron ganarle a Racing y la Copa. Lo primero lo cumplió con un puñado de días en el club, algo que sin dudas, dicho por los propios jugadores, fue un bálsamo para todo lo que vino luego. Y en la Sudamericana, paso a paso, fue avanzando hasta llegar a la definición. Y vaya que fue complicado el camino, aunque muchos digan lo contrario…

Una de las críticas más facilistas que se oyen es que la Sudamericana es un torneo irrelevante, de poca jerarquía, como lo fue en su momento la Conmebol: falacia total. Este certamen, primero llamado Mercosur, vino a reemplazar a la prestigiosa Supercopa, esa que todos soñaban tener, y si bien no es la Libertadores, es el segundo en jerarquía del continente. Acaso Boca, cuando la obtuvo por penales ante la UNAM, ¿no festejó? Claro, ahora la Sudamericana es una copita…

Se habla también de lo mal que está el fútbol que Independiente, 17° en la Argentina, y Goiás, descendido en su país, jugarán la final. Del Rojo, la realidad es que no tiene plantel para afrontar ambos torneos a la vez y por eso, en el certamen local, viene presentando equipos alternativos desde hace cinco fechas con muchos juveniles. Desde que enderezó el rumbo el Turco, nunca puso su equipo ideal en el torneo local, y por eso deambula por los últimos puestos.

Los fallos arbitrales a “favor” del Rojo también son otros de los flancos elegidos para denostar la tarea del Diablo. Con Argentinos, Santiago Gentilleti le puso una plancha terrible a Hernán Fredes en la ida que merecía expulsión y Pezzotta no cobró ni foul. En la vuelta, el penal sancionado contra Silvera fue imperceptible. Ante Defensor, allá, a Mareque le pegaron un cachetazo delante del juez y no hubo sanción alguna. Y del piedrazo del partido de vuelta, ¿qué responsabilidad tienen el Turco y sus muchachos?

En el partido de ida contra Tolima, el 2-1 de Rodrigo Marangoni de tiro libre viene de una supuesta infracción de Galeano que en realidad nunca existió y el penal sobre Parra fue bien sancionado, lo tomaron de la camiseta en el área chica y no lo dejaron saltar. En la vuelta, la discutida jugada del gol anulado a Martínez es clara: el defensor colombiano lo toca en el aire a Hilario, poniendo sus brazos entre los del arquero. Sí se vio favorecido Independiente en la jugada que cobraron offside que terminaría en penal de Navarro, pero realmente fue finita.

Y por último, en la serie con Liga, el partido de ida tuvo un desastroso arbitraje, pero que fue parejo para ambos lados: offside no cobrado de Silvera en el 1-3 y fuera de juego mal sancionado a Urrutia en una jugada que terminaba en gol, y penal clarísimo no penado de Cevallos contra Parra cuando el juego estaba 0-0 y manotazo en la cara de Reasco a Mareque que fue ignorado por el juez. La vuelta no dejó ninguna polémica, más allá del llanto previo de los ecuatorianos.

¿Que los rivales del Rojo en la Sudamericana no existen? Repasemos: primero sacó Argentinos Juniors, que si bien es el campeón vigente de Argentina, en ese momento andaba mal. Después, se sacó de encima a Defensor, que está a un punto de salir campeón en Uruguay. En cuartos de final, se venció al Tolima, que había goleado a Banfield y que está primero lejos en el fútbol colombiano. En semis, historia reciente y conocida: chau al cuco del continente, Liga, con el que no pudieron Estudiantes, Newell’s, Lanús ni San Lorenzo.

Independiente no tiene la culpa si a la final se clasificó un equipo que ya descendió en su torneo a dos fechas del final. Si Palmeiras, el super candidato con Felipe Scolari en el banco, se enfrió en su propio estadio, ¿cuál es la responsabilidad del Turco y sus muchachos? Y ojo, a no subestimar al Goiás: son brasileños y, jugando como visitantes, eliminaron a Gremio, Palmeiras y Peñarol. Por algo están donde están.

Por eso, este momento tiene que tener a todos los hinchas de Independiente unidos y llenos de felicidad. Los que quieran sacarle méritos al Rojo por su presente feliz, que se preocupen por sus magros presentes y que se vayan con la envidia a otra parte. El Rojo está a un paso (un paso para nada sencillo) de volver a festejar a lo grande, y eso a los que ya no son lo que eran, les duele. Para todos ellos, que hincharon por Defensor, Tolima y Liga, y que ahora seguramente lo harán por Goiás, un LTA gigante. El Rey está de vuelta y piensa quedarse por un largo rato. Ladran Rojo, señal de que cabalgamos…

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