En el día en que Eduardo Nicolás Tuzzio cumplía su partido 500 en Independiente, dejó en claro que no está al nivel de las necesidades y exigencias que hoy por hoy vive el equipo. Jugó el peor partido desde que esta en nuestra institución.
Errático, dubitativo, impreciso y lento, serían los calificativos que tendría hoy Tuzzio luego de la actuación frente ala Universidad Católica de Chile. Durante todo el primer tiempo, todas las situaciones que generó el equipo chileno, se originaron por errores del capitán rojo: perdiendo marcas, realizando pases errados, marcando siempre de espaldas a los rivales. Durante el segundo tiempo, continuó con su bajísimo nivel, llegando tarde a todas las jugadas en que se lo necesito.
Desde que comenzó el partido, Tuzzio empezó a realizar su extraña maniobra, no por habilidad, sino por simple decisión: la heroica, que siempre termina mal, y en un ataque del rival, el cual hay que defender sin un central (él). Actos innecesarios.
Uno nunca va a olvidar que en estos años le entregó muchísimo a Independiente, nadie perderá de sus recuerdos ese penal bien ejecutado contra Goias y las lágrimas de felicidad en nuestros ojos, pero todos los hinchas rojos queremos quedarnos con esos recuerdos y no con este presente, que a la larga opacará todo lo hecho anteriormente.
